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Nicolás Gallego es restaurador burgalés que, por motivos de trabajo, lleva dos años viviendo más tiempo en Palma que en su ciudad. El motivo, la limpieza de las fachadas de la Seu, obra que su empresa, CPA, ganó por concurso. No es la primera catedral a la que se enfrenta el equipo que dirige: «Hemos trabajado en casi todas las de España», dice subido a los andamios que cubren el portal del Mirador, cuya restauración acaba de comenzar con cargo al Plan de Catedrales.

La rehabilitación del portal del Mirador durará entre seis y ocho meses y a ésta le seguirá la del portal Major. «La puerta del Mirador es impresionante por su iconografía y figuras». Su restauración comenzará por «una limpieza general, quitar el polvo y las costras», dijo. La zona inferior se encuentra en peor estado, por lo que será sometida a una «consolidación e hidrofugación para que la humedad no entre en la piedra y la acción de las sales marinas sea menor». También se repondrán aquellas piezas originales rotas que se conservan. La proximidad del mar y la sal son el principal enemigo del exterior de la Seu. Los basamentos de los que arrancan los arcos góticos del portal también han sufrido por la acción directa del agua, mientras que la parte alta del mismo presenta grietas.

Pere Joan Llabrés, delegado diocesano de Patrimonio, señaló: «Es el conjunto arquitectónico y escultórico gótico mejor de la Seu, obra de diversos autores, mallorquines y extranjeros, en la que destaca la imagen de la Virgen que Gillem Sagrera esculpió para el parteluz de la puerta; ésta es una réplica porque el original se retiró en el siglo pasado y se encuentra en el Museu Diocesà».

Respecto al portal Major, el técnico explicó que «se instalará un sistema antipalomas» porque anidan entre las esculturas y el ácido de sus excrementos daña la piedra. En éste se intentarán conservar los tonos rojizos de las pátinas que se aplicaron en otras épocas. «Ese color es fruto de algún componente de las mismas que se fue oxidando». En el resto de la fachada principal «se buscó el tono original de la piedra». Gallego es consciente de que la restauración en piedra ocasiona polémicas porque los resultados dependen «de cuál sea ésta».