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Un mago, un perfil de Picasso y un Hércules. Tres personajes para una sola imagen: «Picasso, su obra y su público», obra que abre la exposición «Suite 347» del artista malagueño que ayer se inauguró en el Casal Solleric. La muestra recorre la madurez artística del autor, una madurez que le llevó a pintar más de 300 aguafuertes entre marzo y agosto de 1968, la «Suite 347», que, por primera vez, puede verse completa en España. La colección pertenece a la Fundació Bancaixa.

Desde el mundo de las corridas de toros hasta los cantaores de flamenco sin olvidar el mundo de la mitología grecorromana y el paisaje mediterráneo. La «Suite 347» integra todas las temáticas de Picasso y todas sus maneras de expresión. Así pudieron apreciarlo los asistentes, entre los que se encontraban Joan Fageda, alcalde de Palma; Jordi Llabrés, regidor de Joventut i Esports; Miguel Àngel Utrillas, gerente de la Fundació Bancaixa; José Vicente Torres, vicepresidente de la fundación; Ramón Rosselló, subdirector general de Bancaixa; el regidor del PSOE Francesc Mellado; el empresario Fausto Ferrero y el escultor Jaume Mir.

María José Almenar, coordinadora de exposiciones de la Fundació Bancaixa, fue la encargada, junto a Utrillas, de ir narrando la muestra. De esta manera, explicaron el interés de Picasso por recuperar a los maestros clásicos como Rafael, Manet o Monet o por recordar «La Celestina», novela de la que el artista poseía dos ejemplares antiguos, uno de ellos del siglo XVI. «En 'Suite 347' concurre todo el temario de Picasso», aseguró Almenar durante el paseo.

El autor malagueño se interesó, durante estos meses de intenso proceso creativo, en usar casi todas las variantes del aguafuerte. Así, los asistentes pudieron contemplar las diferentes técnicas, como las puntas secas, el aguatinta con resinas o con azúcar. Precisamente, la última estampa, «Serenade au coucher du soleil dans un sous-bois à la Monet», fue creada con esta técnica. Toda una lección de arte resumida en una muestra llena del ideario creativo de Picasso.