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I.PERICÀS/EP
La polémica entorno al sistema de clasificación de la Biblioteca Nacional, que diferencia el catalán de sus variantes valencianas y baleares, ha suscitado polémica en algunos ámbitos culturales y sociales que califican esta diferenciación como una «agresión» al catalán.

Damià Pons, conseller de Cultura del Govern, afirmó que «parece mentira que una institución cultural rigurosa pueda atentar contra la realidad científica de la unidad lingüística». El conseller manifestó que «no hay ninguna norma en biblioteconomía y documentación que justifique este hecho» y añadió que «es una cuestión política».

Pons cree que estas actitudes son «condenables» y que «el Estado nunca ha mostrado una voluntad de reconocer la unidad de la lengua catalana». Pons consideró que «cuando la ciencia proclama la unidad de una lengua, las instituciones públicas, y la Biblioteca Nacional lo es, no pueden cuestionarla, deben respetarla». Según las normas internacionales de clasificación de textos, todos aquellos escritos en catalán tienen que catalogarse con la terminación «cat», mientras que la Biblioteca Nacional cataloga los textos en balear como «bal» y los valencianos como «val».

Pons, sin embargo, no ha sido el único que ha mostrado su desaprobación. El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, calificó «de agresión a la lengua catalana» esta catalogación y afirmó que este hecho reafirma una voluntad de «fragmentación». Pujol consideró esta actuación un «escándalo» y aseguró que sería lo mismo que si separaran las obras escritas en «colombiano, guatemalteco o argentino».