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Miquel Àngel Bernat inauguró ayer en la galería Joan Oliver Maneu una muestra de sus últimas pinturas, una veintena de cuadros que buscan «retratar la cotidiano, el ritmo de la vida diaria, la gente que va hacia el trabajo. Mi pintura observa a la gente anónima de las ciudades». Bernat, colaborador de Ultima Hora , califica su arte de «realista». «En este campo es donde me siento más cómodo. Me interesa el mundo de las ciudades, donde la gente se siente anónima. No hay colaboración, la gente se pierde entre la multitud, las personas se tratan y se miran como si no se conociesen. Por otra parte, pueden ser observados sin que ellos lo sepan. Me he dedicado a observar algunos de estos comportamientos».

Bernat, cuya principal obsesión es buscar «la calidad», prefiere los colores oscuros, tiene ciertas influencias de cómic, trabaja sobre óleos, acrílicos y tela. «Creo que he evolucionado desde mi anterior exposición de 1997 en Bearn. Mi obra ya no es tan ecléctica, es más concreta, está más encauzada hacia un objetivo. Antes abordaba demasiados estilos, mi obra tenía un cierto regusto pop. Ahora lo he enfocado todo hacia el realismo». Pese a que su obra ha tenido influencias de la cibernética, separa la informática de la pintura. «Creo más en el arte del pincel, en este sentido soy muy artesanal. Las máquinas son para trabajar».