TW
0

«Vinimos a Mallorca hace unos años, no sé cuántos, la memoria del ordenador empieza a fallar». Reinaldo Hierrezuelo forma parte de la Vieja Trova Santiaguera. Sus cinco integrantes suman cerca de 370 años, años dedicados en exclusiva al mantenimiento de la música tradicional cubana. El próximo 19 de septiembre actúan en el polideportivo Galatzó de Santa Ponça en su gira de despedida de los escenarios. «Es mejor retirarse en buenas condiciones, aceptar que las facultades van mermando».

La formación presentará en la isla su último trabajo, «El balcón del adiós», un proyecto que «pervivirá a pesar de la separación». «Un reportero tuvo la idea de crear un grupo compuesto por artistas cubanos suficientemente mayores para que hicieran auténtica música cubana». De esta manera nació la Vieja Trova Santiaguera en 1993. «Somos la voz de la experiencia, personas capaces de recrear la tradición».

A partir de ese momento, el conjunto emprendió una gira por todo el mundo para mostrar su arte. «Nuestra música bebe de la calle, de lo popular». No sólo existe el son, la guaracha y el bolero, también figuran otros ritmos que forman parte de la tradición y que la Vieja Trova Santiaguera enseña en sus conciertos. «La característica de nuestra música es su naturaleza, la variedad de géneros y nuestra raza, un producto híbrido entre la cultura española y la africana». La mezcla de todos los ingredientes crea una «forma especial». «Tenemos un sabor especial, siempre estamos contentos y de los dolores nacen canciones».

Cada uno de los integrantes de la formación ya tenía un nombre antes de formar el grupo. Durante su «segunda etapa», como la denominan, han pretendido enseñar el «último son prudente». Su fórmula ha gustado a críticos y público. «Los espectadores vienen a vernos por curiosidad, ya que somos personas de cierta edad», en palabras de Hierrezuelo. La música es otro de los factores de atracción, «sobre todo por su variedad». «La gente quiere vernos, escucharnos, palparnos y ver si, realmente, somos de carne y hueso».