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Wispern, la instalación con la que el artista catalán Jaume Plensa ha transformado la iglesia del convento de Sant Domingo en Pollença, se inagura esta noche y permanecerá abierta hasta el próximo 15 de septiembre. Plensa propone al visitante «una interpretación del silencio a través de los sonidos» valiéndose de elementos tan sencillos como son el agua y los cimbales con los que crea una percusión que invita a la reflexión. En cada uno de los platos, labrados a mano en Italia, está grabado uno de los proverbios del infierno del poeta inglés William Blake.

La instalación, que requiere de una visita meditada, despertará sin duda la reflexión del visitante, que podrá, en palabras del artista, «contemplar la iglesia desde otra perspectiva». Wispern es una instalación que ha ido creciendo en los últimos años partiendo de una misma idea original, el sonido del goteo del agua sobre un címbalo en el que hay grabado un poema de William Blake. Es precisamente esa grabación lo que convierte en único el sonido que provoca el agua al gotear en cada uno de los distintos platos, en esta ocasión 41 y que seguirán aumentando hasta poder dar cabida a los 73 proverbios de Blake ideando un concierto diferente para cada espacio.

La célula de la que nace Wispern se expone por primera vez en París en el año 1997. En aquella ocasión Plensa mostró un único cimbal. Tres años después en el museo nacional del Centro de Arte Reina Sofía en Madrid eran ya 21 los cimbales que ahora aumentan hasta 41. Las visitas a la instalación en el convento de Santo Domingo en Pollença estarán restringidas de modo que solo podrán acceder a la iglesia grupos de un máximo de 15 personas.