El listón que dejaron la actuación de Enrique Morente y los suyos
la semana pasada en Costa Nord será muy difícil de superar en las
próximas apariciones musicales que se reúnan en los conciertos
venideros de las «Noches Mediterráneas». La presencia de las
estrellas de Calle 54 la noche del viernes produjo una gran
expectación entre el público que abarrotaba el centro cultural de
Valldemossa y éstas no defraudaron en absoluto.
Fernando Trueba, un confeso adicto al jazz latino, desde que a
principios de los años ochenta escuchase un disco de Paquito
d'Rivera, observaba desde la primera fila a los que hace unos años
fueron sus pupilos durante unas semanas en el rodaje del aclamado
largometraje musical, «Calle 54», en la ciudad de Nueva York,
capital mundial del jazz latino.
Los primeros en romper el hielo fueron el gaditano Chano
Domínguez con su piano y el neoyorquino de raíces puertorriqueñas,
Jerry González, con su inseparable trompeta. La música ya empezaba
a hablar sin palabras sobre el escenario mallorquín. Paquito
d'Rivera, el virtuoso del saxo, apareció más tarde y se hizo con el
escenario mediante el sonido elegante y vanguardista de su
música.
El gran Bebo Valdés, antiguo director musical de la orquesta del
emblemático Tropicana de su Habana natal, subió al escenario y se
sentó junto al piano para deleitar a los espectadores con su
repertorio. El incombustible Valdés hizo trasladar al público con
la música de su piano a lugares con tanto sabor latino como son
Cuba y Puerto Rico.
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