Miquel Barceló, en primer término junto a su marchante, el galerista Bruno Bischofberger.

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La actuación de Miquel Barceló en la Catedral de Palma ha quedado en un punto muerto después de las conversaciones que mantuvieron la pasada semana en Zurich el marchante del artista, el galerista suizo Bruno Bischofberger, con los representantes de la Fundació Art a la Seu, Celestí Alomar y Francesc Conrado de Villalonga.

El principal tema de desencuentro es el económico. El contrato preliminar, que fue remitido por Bischofberger en junio, valoraba los trabajos en la capilla de Sant Pere en 3'5 millones de euros. Sin embargo, el marchante de Barceló estableció en Zurich una nueva cifra superior con carácter innegociable. Además, Bischofberger adujo también que él administraría este dinero, que no estaría sujeto a control por la Fundació Art a la Seu.

El jueves pasado, y de vuelta de Zurich sin firmar el contrato para la actuación del artista, Alomar y Conrado de Villalonga se entrevistaron con el obispo Teodoro Úbeda quien, ante la nueva perspectiva, se puso en contacto con Miquel Barceló. Ambos quedaron en entrevistarse al día siguiente y abordar la cuestión, pero a la hora convenida Barceló no se presentó y, en su lugar, acudió Gabriel Mesquida, amigo del artista. Mesquida disculpó a Barceló alegando que éste no trata temas de dinero. La reunión se zanjó tal como se había iniciado. A resultas de la negociación de Zurich y de la entrevista posterior, la actuación de Miquel Barceló se encuentra, en este momento, en un punto muerto.

La Fundació Art a la Seu, creada para financiar los gastos en la capilla de Sant Pere, dispone de un capital de 353 millones de pesetas: 200 aportados por el Govern a través de la Fundació Balears 21; 150 más de la Fundación Fundatur, de los empresarios mallorquines; y 3 de la Universitat balear. Los empresarios se comprometieron a poner 50 millones más en el caso de que las aportaciones de otros posibles patrocinadores no cubrieran el presupuesto. Es previsible que los miembros del patronato de la Fundació Art a la Seu, integrado por representantes de la Fundació Balears 21, Fundatur, la Universitat de les Illes Balears (UIB) y el Bisbat de Mallorca, se reúnan en fechas próximas para abordar las condiciones del marchante.