Once universidades españolas invistieron ayer doctor honoris causa
al historiador y jesuita Miquel Batllori en un acto celebrado en la
Basílica de Santa Maria del Mar de Barcelona. Personalidades de la
vida política, universitaria, cultural y eclesiástica de Catalunya,
València, Balears, Aragón y del Vaticano llenaron la basílica
engalanada para esta ocasión con grandes banderolas con el toro, la
figura heráldica de la familia Borgia, a la que Batllori ha
dedicado gran parte de sus investigaciones.
Al acto, promovido por las universidades de Alicante, Autònoma
de Barcelona, Barcelona, Girona, Jaume I de Castellón, Lleida,
Politècnica de Catalunya, Pompeu Fabra, Ramon Llull, Rovira i
Virgili y Vic, se han adherido las Universidades de Andorra,
Internacional de Catalunya y Oberta de Catalunya y tiempo atrás ya
hicieron su investidura las universidades de València, de las Illes
Balears y la Politècnica de València. En un acto de este tipo no
podía faltar la música, interpretada por un coro de unos ochenta
cantantes de los coros de las universidades de Barcelona, València
y Balears, que interpretaron el «Canticorum Jubilo», con el que se
inició la investidura.
Antes de recibir el birrete, su padrino, el filólogo e
historiador Martí de Riquer, ha glosó la figura y la obra de quien
dijo es «maestro de muchas generaciones y un erudito hasta el punto
de poder improvisar una conferencia sin papeles en correctísimo
latín». «El Reino de Mallorca -ha subrayado Martí de Riquer- debe
al padre Batllori sus estudios reveladores sobre Ramon Llull».
Aseguró que «es difícil hablar del padre Batllori en un tiempo
limitado» y afirmó que «nadie más ha dado una visión tan clara y
comprensiva de este gran mallorquín que fue Ramon Llull». Entre los
asistentes isleños estaban el obispo de Mallorca, Teodor Úbeda; el
rector Llorenç Huguet; el conseller de Cultura, Damià Pons; el
director general de Cultura, Pere Muñoz; Miquel Àngel Borràs, en
representación del CIM; Miquel Serra, director general de
Publicaciones del Grup Serra.
La lección magistral de Miquel Batllori estuvo llena de
recuerdos personales y toques de ironía, como cuando aseguró que «a
mis casi 90 años éste ha sido un funeral de lujo con dos
cardenales, un arzobispo y un buen número de obispos y capellanes».
El padre Batllori hizo un repaso a cómo sus circunstancias vitales
han conducido su trabajo científico desde su nacimiento en
Barcelona en 1909, donde se licenció en Filosofía y Letras
(Historia) en 1928, su ingreso en la Compañía de Jesús un año
después en Gandía o su período docente e investigador en Roma entre
1955 y 1988. Calificó el acto de «inmerecido» y en su discurso
realizó una gran defensa de la lengua y un reconocimiento de los
derechos históricos de los países que conformaron la antigua Corona
de Aragón.
Tras el acto estrictamente universitario, hubo una ceremonia
civil en la que intervino Jordi Pujol, presidente de la
Generalitat. Tras reconocer la labor del editor Eliseu Climent,
dijo: «No se me ocurre otro adjetivo para lo que está pasando que
no sea fastuoso, una fastuosidad que nos viene regalada por el
padre Batllori. Pocas veces se ha dado que todas las universidades
se pongan de acuerdo para hacer un reconocimiento, como pocas veces
encontramos a una persona como Miquel Batllori».
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