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La iglesia de Sant Miquel de Palma acogió ayer por la tarde el funeral por el alma de Bonet de San Pedro. El músico y compositor mallorquín más popular recibió el último adiós de sus amigos, admiradores y familiares, sus hijos y sus nietos.

Entre los presentes se pudo ver a las autoridades como Maria Antònia Vadell, consellera de Cultura del Consell de Mallorca, y a Carme Feliu, concejala de Cultura del Ajuntament de Palma; a músicos como Toni Morlà o Rafel Estaràs, del grupo Els Valldemossa; Tolo Güell; Antoni Mir, presidente de la Obra Cultural Balear, y al escultor Jaume Mir, pariente del fallecido.

Durante la ceremonia se leyó el Evangelio Según San Juan y se cantó el «Aleluya». El sacerdote que ofició la misa recordó la figura de Bonet de San Pedro, su «gran humanidad» y sus grandes canciones, como «El cielo de Palma». «Descubrió un paraíso que reivindicó cantando a Mallorca». El párroco quiso dejar constancia de la «pequeña lección de un hombre y artista que quiso, amó y cantó a su tierra». Fue una sentida ceremonia por un artista querido.