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«Seré utópica toda mi vida». Cristina Maristany se confiesa. «Siempre estaré con las causas perdidas». Una manera de existir, de mantenerse viva, reflejada en «Contra la desmemoria», una recopilación de los artículos de la escritora publicados en Ultima Hora desde el 12 de octubre del 2000 hasta el 30 del mismo mes de 2001, editada por Huerga Fierro.

La autora eligió publicar los artículos de ese año por tratarse de «una época enloquecida». Los distribuyó de manera cronológica formando, de esta manera, un mosaico de la actualidad. Desde el suceso del «Tireless» hasta la muerte de Carlos Cano. «No me considero objetiva», confiesa Maristany. La articulista se deja llevar por sus sensaciones en los textos que escribe. «Es difícil ser aséptico». Además, en algunos casos, la cercanía le ayudó. «Muchas de las historias que narro las he vivido de cerca», algo que le hace tener «un conocimiento mayor del tema». «Busco que no se olviden los hechos».

La antiglobalización o Fidel Castro aparecen en los relatos de realidad. Por encima de todo, surge un afán por «pedir un mundo más justo». «Hoy en día se criminaliza ser pacifista». Por ello, muchos compañeros y amigos se dejan llevar por la autocensura, «mucho más peligrosa que la censura franquista». A Maristany le preocupa «cómo se manipula al ser humano». Por ello, busca, mediante sus textos, cambiar el panorama y dejar de lado la «insensibilidad». «Hay que rebelarse».

La autora de «Contra la desmemoria» escribe artículos porque le permiten expresarse y «dar una opinión de lo que ocurre». Sin embargo, donde más cómoda se siente es en el universo de la poesía. «Es más espontánea, sentimiento puro». Tras diez libros publicados, todavía no se ha atrevido a adentrarse en el mundo de la novela, su asignatura pendiente, al igual que aprender a usar ordenadores. «Soy primitiva».