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Responsables de la Comisión de Patrimonio Histórico del Consell Insular y del Ajuntament de Palma han asegurado a este diario que mantendrán una misma línea respecto a las futuras actuaciones que se quieren llevar a cabo en el Temple, donde la promotora Arte Expres anuncia la venta de nueve pisos y la rehabilitación de las torres árabes de la Almudaina de Gumara. Este edificio, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) goza de la máxima protección, la denominada A1. No se podrá hacer obra, aseguran desde ambas instituciones, sin catas arqueológicas y análisis de los resultados.

«Las intervenciones que deban hacerse deberán estar muy controladas. Lo primero, antes de ejecutar cualquier proyecto de obra, será necesario una memoria y unas catas; sin resultados, si estudios, no podemos decidir», comentó Miquel Barceló, jefe del Àrea de Patrimonio Histórico del CIM, quien añade que su departamento «vigilará para que no se cometa ninguna tropelía». Tanto Barceló como Rafael Vidal, concejal de Urbanismo del Ajuntament de Palma, aseguraron que, entre ambas instituciones, «se mantuvieron reuniones para establecer una posición común».

Vicente Homar, inspector de Patrimonio del CIM, recordó que la ficha del catálogo dice que «cualquier intervención pasa por tirar los añadidos» entre las dos torres. ARCA ha enviado sendos escritos al CIM y a Cort en el mismo sentido. Homar asegura tajante: «Si yo tengo que ser consecuente con mi actuación, y con un mínimo de dignidad, en un Plan General aprobado por Patrimonio hace poco tiempo no se pueden cambiar las directrices; de lo contrario debería dimitir como ponente. Son necesarios planos del estado actual; un proyecto arqueológico; picar paredes por dentro y por fuera y según los resultados actuar en consecuencia».