Los más jóvenes disfrutaron y se sorprendieron con las obras.

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A primera hora de la mañana, unos 150 niños se paseaban entre aventuras, historias y cuentos. Miraban atentos los dibujos y los textos, algunos sorprendidos por los contenidos y otros divertidos. Los más jóvenes fueron los primeros visitantes de la XIII Setmana del Llibre en Català, que ayer empezó su andadura en el recinto Fires i Congressos, donde permanecerá hasta el 3 de marzo. Tras los pequeños vinieron los mayores. Maria Antònia Vadell, consellera de Cultura del CIM, y Francesc Moll, del Gremi d'Editors de les Illes Balears, se encargaron de inaugurar el evento de la manera más tradicional, cortando una cinta situada en la entrada del recinto. «Si hubiéramos tenido más espacio, seguro que lo habríamos llenado», comentó Moll. «Estamos ante una librería integrada sólo por producciones en catalán», dijo Vadell, quien añadió que «el nivel de esta lengua no es el que le corresponde».

Precisamente, el pregón de este año, titulado «Els Països Catalans, víctima del colonialisme espanyol», trató el tema de la lengua y su discriminación. Josep Palou, del Loby per a la Independència, habló sobre aspectos como la diferencia entre la Feria del Libro y la Setmana del Llibre en Català, «la primera es el acontecimiento normal y, la segunda, una curiosidad antropológica»; o las «injusticias» de la constitución, «hecha a medida para ahogarnos».

La inauguración dio paso al paseo de los asistentes entre los stands. Al tratarse del primer día, el público accedía al recinto en cuentagotas y, en su mayoría, provenía de colegios e institutos. «He venido a mirar a ver qué encontraba», aseguró Magdalena, una joven del Instituto Antoni Maura. «Las ferias como ésta sirven para mirar, para hojear tranquilamente los libros». Caminar entre diversas obras en catalán es uno de los rasgos característicos. «La principal función de este evento consiste en hacer llegar a todos los públicos que hay mucha materia editada en catalán», comentó Miquela Serra, presidenta del Gremi de Llibreters de les Balears.

«El Padrí», de Mario Puzo; «Bridget Jones perd el seny», de Helen Fielding o «Els èxits de la Bruixa Avorrida». Novelas para adultos y piezas para los más pequeños. «Las publicaciones en catalán del ámbito infantil y juvenil han aumentado», dijo Serra. A pesar de esto, «la novela sigue vendiendo más», según Serra. La feria se divide por temas, desde literatura hasta revistas, pasando por biografías, literatura o filosofía. «Aquí lo ves todo de una sola tirada», explicó Carme, profesora de Educació Infantil. Carme se acercó hasta el recinto buscando «libros para mis clases», aunque «es difícil no mirar el resto». Ésa es la intención, demostrar que «la producción en catalán tiene buena salud», en palabras de Moll.