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La naturaleza en estado puro, con sus cambios de luz y sus caprichos en forma de rayos de sol, viento o nubes llenas de lluvia. Eduard Vich coge el instante y lo plasma en sus cuadros. Joan Oliver «Maneu» Galeria d'Art inaugura esta noche, a las 20.00 horas, las últimas obras del artista. La mayoría de los cuadros nacieron in situ, en la calle ante el paisaje. «Lo natural refuerza el espíritu de las cosas, cuando más te alejas más pierdes», dijo Vich. Los cuadros recrean paisajes, mujeres desnudas y retratos. «La muestra ofrece un recorrido por mi obra de una manera compensada».

Dos islas, Formentera y Mallorca, unidas por un estallido de color basado en el cambio de las circunstancias que rodeaban al paisaje. «Descubrir Formentera me abrió muchas puertas», cambios que se plasman en la telas. «Tiene un aire africano». «Nunca sabes cómo terminará un cuadro porque no puedes dominar los elementos atmosféricos», dice. Si fuera al revés significaría perder «el interés» por lo que se está creando. «El milagro está siempre en ebullición porque el instante cambia y, con ellos, la luz», según el artista. «Hay que jugar con el tiempo».

Los gatos vuelven a estar presentes en la exposición. «Son animales que están pero, a la vez, no están». La razón, «no hacen ruido y aparecen en el momento menos pensado». Al inserirse en un cuadro se convierten en «los ojos visibles del paisaje, siempre presentes y escondidos». Cuando se adentran en las piezas protagonizadas por mujeres, los felinos se convierten en «acompañantes». «Nada está nunca en un mismo lugar, las cosas circulan, no están estáticas», declara.