TW
0
TOMEU GARCIES Inca dirige la mirada hacia su pasado y rescata del olvido un patrimonio, el de la iconografía religiosa, que es un gran desconocido para la mayoría de la población. Mostrar la historia a través de este arte religioso es el principal objetivo de una ambiciosa exposición que abrió ayer sus puertas en Cas Metge Cifre bajo el título «Els sants a l'art d'Inca». La muestra estarà abierta hasta el próximo 15 de noviembre.

En cinco estancias del edificio se han colocado 92 piezas de pintura, escultura, talla, cerámica y bordado, procedentes de las cinco iglesias históricas de la ciudad. El nexo común entre ellas es que representan los santos que han tenido una mayor devoción en la ciudad a lo largo de la historia desde el siglo XV hasta la actualidad.

Según explicó el comisario de la muestra, Pere Llabrés, las obras se han repartido en diez capítulos. Los cuatro primeros siguen el orden cronológico de la existencia o presencia de los santos. Los restantes seis episodios se centran en los focos de devoción de Inca.

En este recorrido destacan por su valor algunas piezas como un frontal de altar de «guadamassil» (pintura sobre piel), que procede del monasterio de Sant Bartomeu y que se considera como una pieza única en Mallorca. También destaca la pintura «La degollació de Sant Joan Baptista» atribuida a Bernabé de Ayala, un discípulo de Zurbarán. El objeto más antiguo son unas tablas del siglo XV que representan unos ángeles adoradores. Antes de la exposición, una importante parte de las obras que se exponen han sido restauradas.