Plano francés de 1715 con las murallas renacentista y arábiga.

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Una decena de asociaciones ciudadanas han creado una plataforma que se opone a los aparcamientos que Cort quiere construir en Constitución (142 plazas); Via Roma (779 plazas); Rubén Darío (637 plazas) y Plaza de Santa Catalina (356 plazas). «La existencia potencial de restos arquitectónicos de los recintos amurallados de Palma, desde el siglo X al siglo XIX, en los lugares determinados para la construcción de los citados aparcamientos hace inadmisible su construcción, debiéndose buscar soluciones alternativas, ya que, incluso, a sabiendas de su existencia, no existe ningún proyecto viable para su salvaguarda».

Este manifiesto, firmado por Angel Aparicio, del Grup per l'Estudi de les Fortificacions Baleares (GEFB), es sólo un ejemplo del sentimiento que existe en un sector de la población ciudadana que se preocupa por la protección del patrimonio. Aparicio, que cuenta con abundantes conocimientos sobre arquitectura militar y defensiva, maneja documentación en la que se observa por dónde transcurrían las murallas renacentista, "iniciada en el XVI, finalizada en el XIX y derribada poco después", y la arábiga, de la que la cartografía recoge dos tramos, uno del siglo X y otro del XI, lugares afectados por los aparcamientos. Por ejemplo, así viene detallado en un plano francés de 1715, posterior al de Garau, que lleva la leyenda «Plan de Palma, ville capitalle d'Isla de Majorque», firmado por N. de Fer, «geographe de su Majesté Catholique». Según Aparicio, Garau, en 1644, «ya detallaba con bastante precisión los baluartes de la muralla renacentista» y el plano francés, posterior, añade más información «según se fue perfeccionando la muralla».

El GEFB pide a José María Rodríguez «que desista en su actitud» de llevar adelante los aparcamientos. Con este motivo, representantes de 11 asociaciones se reunieron ayer con el teniente de alcalde. Su impresión sobre este encuentro es negativa: «Detectamos que se ha gestado todo de espaldas a la ciudad», dice Joan Pascual, secretario de Arca. «Sigue sin mostrarse el informe previo firmado por un arqueólogo», apunta. «Se nos ha entregado un proyecto en el que se dice que se han hecho unas prospecciones geológicas y que no han salido restos arqueológicos, pero nos parece que esa no es manera de hacer un análisis arqueológico porque no hemos visto que se hayan hecho auténticas catas». Además, Aparicio apunta que «las catas no son fiables en un 80 por ciento» y ambos dejan clara su «desconfianza». «Se nos han hecho muchas promesas pero por experiencia no nos las creemos», dice Pascual, quien apunta que con la reunión mantenida con Rodríguez «sólo han querido pasar un trámite, la sensación es que se actúa a espaldas de la ciudadanía y los colectivos».

Respecto al control de las obras, Aparicio propone «que se cree un grupo integrado por expertos de distintas asociaciones con autorización para visitar las obras, un órgano consultivo con acreditación del CIM con acceso a las mismas». La propuesta de los colectivos es que los aparcamientos se hagan fuera del centro y se potencie el transporte público en cantidad, frecuencia y calidad. «Ahora mismo los residentes no tienen problemas de aparcamiento», dice Pascual.