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La obra del pintor Oliviero Rainaldi, impregnada de espiritualidad, reflexiona sobre la comunicación y tiene al ser humano como eje con figuras esbozadas a las que ha ido despojando de los rasgos que le son propios. Sus formas, hombres y mujeres, hablan aunque no tienen rostro y están construidas sobre fondos neutros. Italiano, Rainaldi expone por primera vez en la Isla con una exposición que inaugura hoy en la galería Gianni Giacobbi.

Grandes lienzos y algunos dibujos a carbón. Rainaldi ha titulado la exposición «Conversaciones» y sus figuras no pertenecen a un espacio o tiempo concreto.

Rainaldi habla sobre la filosofía que sustenta su trabajo: «Si el ser humano resolviera el problema de la comunicación consigo mismo ya tendría el primer paso resuelto. El segundo problema es de la incomunicación entre los sexos y el tercero, entre las diversas culturas». Pero él entiende que estos hándicaps se pueden solventar mediante el arte «porque habla una lengua universal, abstracta pero concreta porque habla con el lenguaje de la belleza, que se entiende en todo tiempo porque es una expresión de las más concretas». El arte, añade, «se puede discutir en ciertos límites pero puede ser 'escuchado'». Y recuerda una frase de alguien cuyo nombre ha olvidado momentáneamente: «El arte empieza donde termina la palabra». Rainaldi se expresa mediante figuras replegadas en sí mismas, situadas sin elementos ilustrativos «para centrar la atención en un punto». Personajes, «sin adornos», a óleo o carbón que son hijos «genéticos» de toda una tradición del arte que el artista lleva a su terreno.