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El concierto de Manu Chao en la plaza de toros de Palma fue, sin duda, el último gran recital del verano. Unas 14.000 personas llenaron hasta reventar un coliseo en el que ya el día anterior se había colgado el letrero de no hay entradas. Y Manu Chao no defraudó. Él y su banda, Radio Bemba, ofrecieron un recital rebosante de sonidos étnicos y de ritmos que se colaban por debajo de la piel sin dejar a nadie indiferente. Desde el primer momento las 14.000 personas bailaron sin freno los temas incluidos en su último álbum «Próxima estación: esperanza» y del mundialmente conocido «Clandestino».

Manu Chao no se olvidó tampoco de Mano Negra, grupo que lideró hace ya ocho años y con el que alcanzó la popularidad. Precisamente en el álbum de despedida de este grupo «Casa Babylon», un disco que recoge las experiencias de su última gira por Latinoamérica, se encuentra el germen de la música que ha convertido al inclasificable músico en icono global para una gran parte de la juventud.

La fiesta que se celebraba en los alrededores desde las 19.00 horas hizo que el ambiente se animara mucho antes del inicio del recital. Público en su mayoría joven y con ganas de divertirse. Media hora después del inicio, el público aún continuaba entrando, posiblemente provinientes del estadio de Son Moix. Poco antes de las 22.30 se inició el recital. Lo hizo con una versión reggae que cantó uno de los miembros de su banda.

La voz de Manu Chao se oyó en la segunda canción, una versión de «Me cago en el amor», de Tonino Carotone. «Clandestino» fue el siguiente tema, con el que levantó al público de sus asientos. Una canción de la que hizo una versión especial para concierto, diferente al disco. De «Welcome to Tihuana» hizo una versión Ska. El siguiente tema fue «Casa Babylon», con el que recordó al grupo Mano Negra. Por entonces el público ya estaba entregado. Manu Chao se dirigió poco al público y encadenaba una canción tras otra. Siguieron «5456 is my number», «Pachamama» o «El desaparecido». Así, canción a canción, fue desgranando un concierto del que el público disfruto y salió feliz.