Can Brondo, donde estaba el Teatre Constància.

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«El cinema a les Balears des de 1896» es el título de un detallado análisis sobre la historia del cine en nuestras islas que acaba de publicar en la editorial Documenta Balear Cristòfol-Miquel Sbert. El libro da una visión de lo que ha sido el cine, pero no limitándose a la producción, sino que también habla de los cines, los exhibidores, las distribuidoras, los críticos, la censura, la iglesia o las publicaciones, entre otros muchos aspectos.

El estudio hace un repaso cronológico de la historia del cine. Empieza por los orígenes, cuando llega en 1896, con la primera proyección en el Teatre de la Constància, en la calle Unió, una sesión que resultó un fracaso. En los dos primeros decenios el cine en Balears es pobre, no será hasta los años 20 cuando habrá lo que Sbert define como una «edad de oro». «Se crea una auténtica industria en Mallorca. Mayoritariamente se filman documentales que se pasan en los cines. Se hace un cine localista, en el que hay una gran libertad de filmación. Lo que ocurrió es que esta situación acaba porque los empresarios no creyeron en este cine y no quisieron invertir en él», explica el autor.

La Guerra Civil y el franquismo sólo aporta un cine de propaganda, mientras que la postguerra fue una época oscura para la producción cinematográfica. En los años 50 y 60 Mallorca se convierte en plató de numerosas películas nacionales e internacionales: «Entre hoy y la eternidad», «Muchachas en vacaciones», «Vacaciones en Mallorca», «Bahía de Palma», «Los chicos con las chicas», «El mago», Playa de Formentor» o «Trampa bajo el sol». También es una época de gran asistencia de público.

Para Cristòfol-Miquel Sbert, la producción cinematográfica en Balears vive hoy su mejor momento, aunque asegura taxativo que «el cine actual en Balears no existiría si no fuera por las subvenciones. Hoy se hace mucho cine, pero no llega a las pantallas. Y cuando llega resulta un fracaso comercial. Basta ver los últimos ejemplos».