Víctor Manuel y Ana Belén actuaron en Felanitx ante más de 4.000 personas

Con media hora de retraso sobre el horario previsto Víctor Manuel salió al escenario entre el júbilo del variopinto público, una animada amalgama de abuelos, padres, hijos y nietos. El asturiano saludó dando las gracias a todos por su presencia en el concierto y a continuación entonó la canción dedicada a su padre, fallecido hace dos años, que da título a su último disco. Después le tocó el turno a Ana Belén. Deslumbrante, con un sugerente vestido de gasa anaranjado, cautivó a los presentes con su presencia y con su voz. Y es que por la también actriz parece que no pasan los años.

Ana Belén y Víctor Manuel se alternaron al micrófono cada dos canciones para desglosar sus nuevos álbumes. Aunque, con muchas tablas, fueron ofreciendo al respetable, solapadas, las canciones de siempre. Como ejemplo, Ana Belén cantó «¡Qué pena!», de lo mejorcito que atesora su último álbum, para después atacar con «El hombre del piano», consiguiendo que las llamitas de los mecheros perlaran la oscuridad. Víctor Manuel no podía ser menos y contratacó con la historia de una marinera con un amor en cada puerto, «María de las Mareas», para ir insertando, entre las nuevas canciones, clásicos como «Nada sabe tan dulce como tu boca», «Sólo pienso en tí» o «Asturias si yo pudiera».

Por fin le llegó el turno de las canciones a dúo, uno de los momentos, porqué negarlo, más esperados de la velada. En ese momento ya se llevaba hora y media de concierto pero el ánimo no decaía. «Contamíname», «Bailarina», «Luna llena», «La puerta de Alcalá», «Alma de Bolero» y, como guinda final, «Abre la muralla» hizo que la noche terminara entre un mar de lucecitas.