TW
0

LAURA MOYÀ
La cita era a las 11.00 en el Casal Solleric. Por delante, una hora y media para conocernos mejor. Nervios. 25 personas en la entrada y una guía. «Entremos dentro y os explicaré de dónde procede el Born». Se trata de Gloria García, de ARCA, y la cita es con «Palma, una mirada al llarg del temps», un paseo por la historia de Ciutat. Empieza la clase en vivo. El Born, hace mucho, mucho tiempo, era una cala que llegaba hasta el Teatre Principal. Con el paso de los años, se convirtió en una riera que, en 1403 y debido a un gran diluvio, se desbordó dejando 5.000 muertos en una población de 15.000. Un siglo más tarde, en 1513, la Riera se trasladó fuera de la ciudad, al actual Paseo Mallorca.

Siguiente parada: el patio del Casal Solleric. «No se trata de una casa mallorquina típica. Se creó de nueva planta, cosa inaudita, porque lo normal era que se construyesen mediante añadidos», nos explica la guía. «Lo único de aquí, la fachada. Sobria, adusta, sencilla». Seguimos. Caminamos por la calle Sant Gaietà que nos conduce a la Capella de Sant Feliu. ¿Por qué Sant Feliu? Porque, en la repartición de tierras que se dio tras la reconquista, la zona le tocó al obispo de Sant Feliu de Guíxols, que exportó su santo a la nueva capilla.

Can Weyler, la sede de ARCA, es nuestra siguiente parada. En la planta noble del edificio, gótica, los señores dormían, comían y recibían a las visitas. Paramos un momento para ver unas diapositivas. Planos antiguos que explican cómo creció Ciutat. La Palma romana, la musulmana y la cristiana pasan ante nuestros ojos. «Los jardines eran importantes en la Madina Mayurqa. Había 1.100».

Reanudamos la marcha y llegamos hasta la Església de Santa Creu. La Capella de Sant Llorenç, en la misma iglesia, conserva en su fachada elementos del gótico más arcaico, el más antiguo que pueda encontrarse en Palma. Nuestra siguiente parada nos descubre los aljibes. «En el Puig de Sant Pere había grandes depósitos de agua a los que acudían los barcos a repostar». La fachada marítima, con el Consolat de la Mar y Sa Llonja, nos recibe. Aquí finaliza nuestro viaje a través de la historia. Nuestra guía se despide recordándonos lo importante que es el patrimonio. Hay que protegerlo. «Quien lo conoce, lo quiere».