Los marineros del buque escuela rumanés no se perdieron detalle de la actuación de los Castellers de Mallorca. Foto: S.A.

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LAURA MOYÀ Las 16.00 horas. El dique del Oeste esperaba, impaciente, la llegada del barco «Costanta», un navío de guerra repleto de artistas que venía de Valencia. Un sol de justicia caía sobre las pocas personas que aguardaban la aparición del proyecto Odissea 2001. Unos 25 castellers se resguardaban en la sombra. «Les ofrecemos un pilar de cuatro para darles la bienvenida», explicó Joan Alemany, presidente de los Castellers de Mallorca.

Las 16.30. El Constanta amarra. Se trata de un barco escuela de la marina rumana que fue cedido al proyecto. «Hay que mirar la simbología: se ha convertido un navío de guerra en uno de paz», comentó José Monleón, presidente del Instituto Internacional de Teatro del Mediterráneo, y precursor de Odissea 2001. «Con él, queremos afirmar nuestra voluntad de paz».

El cuarteto de percusionistas Bami recibió al barco con sus tambores. El eco devolvía sus canciones, que rebotaban en el navío. Empezaba el espectáculo. Los artistas del proyecto respondieron con sus tambores improvisados en bidones. El director de esta orquesta dirigía a sus hombres con su silbato y sus timbales. El grupo Bami se animó y, entre todos, realizaron una improvisación que terminó en aplausos y ovaciones.

Los siguientes en actuar fueron los castellers. Levantaron sin dificultades su pilar de cuatro que entusiasmó a los marineros y a los artistas. Saludaron y descendieron. Desde el barco, por su parte, tres hombres con el cuerpo pintado de rojo, verde y amarillo se paseaban por la borda. Se trataba del grupo «Ilotopie», que estos días ofrecerán su teatro de calle por el centro de Palma.

La fiesta continuó por la noche, con menos sol y más gente. Los xeremiers y los dimonis amenizaron la velada, al igual que los castellers, que realizaron dos castells. Al Mayurqa se subió al «Constanta» para ofrecer sus canciones. «Trócola» también escenificó su espectáculo de danza «Ul.lotU» en la cubierta del barco. Los valencianos Josep Piera, La Drova y Gregorio Jiménez ofrecieron «Jardí Llunyà», pero desde tierra, al igual que el grupo Antònia Font, que puso punto y final a la primera jornada festiva con su rock en mallorquín.