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«Observamos intervenciones de capital extranjero que está entrando a saco en los casales antiguos. Se da la paradoja de que se invierte poco en recuperar para revender a millón el metro cuadrado, usando el epígrafe de que son palacios mallorquines cuando en la práctica se estan cargando acabados de gran rusticidad». Juan Pascual, secretario de Arca, se expresa así a raíz de una zanja que se ha abierto en el patio de Can Pinopar, en la calle Montesión, para sacar las aguas fecales.

La asociación «denuncia» lo que califica «de agresión pues es un patio emblemático». «Lo de Can Pinopar es el detonante de una situación que se observa con un paseo por el casco antiguo respecto a los patios que se están rehabilitando». Can Pinopar es un edificio catalogado y su patio está datado en el XVII y XVIII. Arca envió una escrito al Ajuntament solicitando la paralización de las obras pero desde Cort comentan que éstas cuentan con los permisos y que las piedras levantadas por la zanja serán repuestas. «Si no quedara bien no se le daría la licencia de final de obra», aseguran. «Es evidente que nunca va a quedar con el mismo aspecto y textura que tenía. Lamentamos que, en estos aspectos aparentemente menores de la rehabilitación, Cort no haga un seguimiento y no exija fidelidad al pasado porque los patios se están falseando», según Pascual.

Ante las quejas de Arca, Mercedes Canaves, propietaria y administradora de Can Pinopar, dice que el patio, que define de «precioso», será restaurado «igual» que estaba «pues hemos guardado las piedras levantadas». Si Arca pide «soluciones imaginativas» para sacar las aguas fecales, Canaves apunta que «den ellos las soluciones porque hacerlo de forma perimetral sería imposible». «Los celadores del Ayuntamiento han estado permanentemente encima». A su vez dice que ha puesto un recurso contra los focos «monstruosos» que ha colocado Cort en la fachada de Can Pinopar para alumbrar la iglesia de Montesión.