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Àrboles, interiores, escaleras, objetos o ciudades son los temas que aborda el pintor Jesús Cánovas, un artista que ha ido madurando en los últimos años y que asegura haber encontrado un lenguaje propio. Sus obras se podrán ver, a partir del próximo 1 de junio, en la galería Marimón de Can Picafort. «Intento plasmar un mundo», afirma el pintor acerca de sus pinturas en las que predomina una paleta de verdes y amarillos, telas llenas de sutileza y sugerencias, de poética, para cuya realización utiliza el spray industrial. Cánovas recurre a una composición a base de perspectivas que llevan al espectador al interior del cuadro y consigue dar vida al mismo mediante atmósferas casi evanescentes.

«He trabajado este estilo y pienso que ya lo tengo en mis manos», reflexiona. «Ha sido mediante el trabajo, llega un momento en el que ya no te planteas cómo lo tienes que hacer, lo haces con las armas que has ido trabajando toda tu vida». Cánovas ha trabajado en los últimos años y eso se nota en su pintura. «El propio trabajo te dice lo que tienes que ir quitando y con lo que te quedas».

En su obra no falta la figura humana que él define «como el astronauta, el ser humano viviendo en ingravidez», porque su forma de abordarla no es descriptiva, sino más bien sugerida entre una aureola de luz que proviene de ella misma. «Mi obra está basada en la historia de la pintura», añade, encantado de exponer en Marimón «una galería seria, comprometida».