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Sus cuadros son coloristas y rebosan optimismo, están llenos de imágenes en las que predomina una personal visión del paisaje y también de carga simbólica. Así es la pintura de Jorge Peteiro, que ayer inauguró una exposición en la galería Maneu.

Peteiro, que confiesa «una tendencia a llenar el lienzo» gusta de los grandes formatos y el color es una de las características de su obra, tal vez porque «empecé pintando del natural pero pienso que ahora los colores están en mi cabeza», dice. Su paleta se rige por los rojos, azules y amarillos donde el negro centra la composición, «colores que hago con pigmentos de cobalto y cadmio».

«En la composición predomina el racionalismo pero en el uso del color el instinto», comenta este artista que domina el dibujo y el lenguaje simbólico. «Cada vez voy enriqueciendo más mi vocabulario de signos», señala, satisfecho de «haber encontrado un lenguaje propio, identificable» con el que quiere transmitir «la alegría de la vida y una manera positiva de ver la existencia. Creo que la gente agradece esto profundamente porque está cansada de forzarse ante la obra de arte, agradece poder mirar un cuadro, relajarse y sonreír».