La muestra acoge algunas joyas del arte religioso mallorquín, entre ellas el retablo de «Sant Jordi» de Pere Niçard. Foto: JAUME MOREY.

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La capilla de Sant Pere de la Casa de l'Església, en el Seminari Vell, acoge desde ayer una selección de unas sesenta obras del Museu Diocesà, que estará unos dos años cerrado para ser restaurado. Esta instalación privisional del Museu Diocesà se inauguró durante la tarde de ayer. Por la mañana, la muestra había sido presentada a los medios de comunicación por el obispo de Mallorca, Teodor Úbeda; Miquel Alenyar, subdirector general de Sa Nostra, que ha patrocinado la restauración del retablo de Sant Jordi, de Pere Niçard; y Pere Llabrés, responsable de patrimonio del Bisbat.

Teodor Úbeda aseguró que el Bisbat «ha realizado un gran esfuerzo para poner al alcance de los mallorquines unas obras muy importantes durante el tiempo en que esté cerrado el Museu Diocesà». Por su parte, Alenyar hizo un llamamiento a las instituciones y empresas privadas para que colaboren en la restauración y conservación del patrimonio artístico de Balears y aseguró que «nuestro patrimonio es muy antiguo, se degrada y necesita el esfuerzo de todos para su conservación».

Por su parte, Pere Llabrés explicó que no querían que estas obras quedaran escondidas durante tanto tiempor, por lo que se buscó una salida. En su opinión, «esta exposición está montada con un criterio catequético, ya que se quiere transmitir una catequesis sobre la vida de Jesucristo, la celebración sacramental y la presencia y la devoción de los santos». La inauguración servirá para presentar al público la restauración del retablo Sant Jordi, de Pere Niçard, una obra emblemática del gótico mallorquín que es la joya del Museu Diocesà.

Otras piezas importantes que hay en la capilla de Sant Pere de la Casa de l'Església son: el retablo de la Pasión, de 1300; tablas de Joan Dauder, Pere Terrencs, Francesc Comes, Joan Rosat y Mateu López... También se podrán ver por vez primera tras su restauración tablas de Vicençs Macip y Joan de Joanes, propiedad de la Seu de Mallorca y dejadas en depósito por el Capítol de la Seu. Por último cabe destacar un incensario de Aubenya, una pieza bizantina paleocristiana recién restaurada y que es propiedad del Museu de Mallorca.