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Estos días le podemos ver en el Auditòrium, en «La vida es sueño», y antes le descubrimos en «Solas», película por la que el año pasado ganó un Goya al mejor actor revelación. Es Carlos Àlvarez, un actor de teatro que ha dado el salto al cine por la puerta grande. Hablar con él supone escuchar historias que surgen de una memoria prodigiosa e hilvanan una vida llena de peripecias. Luchador antifranquista "estuvo en la cárcel y fue deportado a Mallorca" su vida está muy ligada a la Isla, donde su padre fue presidente de la Audiencia Territoral. Director de teatro, escritor, ex periodista, profesor en el instituto de Manacor cuando andaba por la treintena, sus alumnos le recuerdan con cariño y cuando obtuvo el Goya le felicitaron en masa. 2000 fue su año porque también publicó dos libros de teatro.

"«Solas» tuvo varias virtudes, como descubrir a tres actores.
"En el cine no éramos conocidos aunque yo llevaba 40 años haciendo teatro, Ana Galiena unos pocos menos y Ana Fernández, más joven, también trabajaba. El actor de teatro tiene que asumir el anonimato porque el público que asiste es minoritario y el gran público no te conoce. Son la televisión y el cine los que provocan la popularidad.

"El éxito de la película les sorprendería.
"Totalmente. Cuando rodábamos teníamos la impresión de que era algo bonito aunque nadie pudo sospechar lo que iba a ocurrir. Coincidieron varias circunstancias para que triunfara en todo el mundo, como la sencillez y la humildad con que está hecha, que fue promocionada entre el público por el boca a boca y tuvo muy buena acogida de la crítica. Fue una película que contaba cosas próximas a la gente.

"¿Cómo le sienta haberse hecho famoso por un solo papel tras una larga carrera?
"Maravillosamente. Esto pudo haber ocurrido hace 20 años o nunca. Además, el personaje que tuve la fortuna de interpretar es muy entrañable.

"¿Y haber sido premiado como actor revelación?
"Creo que fue muy coherente porque fui revelado para el cine. Mi opción había sido hacer teatro y residir en Sevilla porque para hacer cine hay que trasladarse a Madrid. El éxito de «Solas» servirá para demostrar que fuera de Madrid se puede hacer tan buen cine si las instituciones apoyan lo bueno que en cada una de las zonas de España puede haber.