Torre de defensa de Artà.

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El CIM ha abierto una vía para la protección del patrimonio con la puesta en marcha de una serie de programas de catalogación de bienes inmuebles y arqueología con el fin de cumplir el mandato de la Llei de Patrimoni de 1998. Seis equipos de especialistas han sido contratados por el CIM para desarrollar seis programas. La institución insular cuenta para ello con 209 millones de pesetas, un 45'74 por ciento más que en este año. En total son 29 personas las dedicadas profesionalmente a la labor de catalogación, revisión y restauración.

Según explicó ayer Maria Antonia Vadell, consellera de Cultura, el objetivo de este plan es que los ayuntamientos tomen conciencia de los bienes inmuebles de su competencia y que incluyan estas catalogaciones y delimitaciones, en el caso de las zonas arqueológicas, en su normativa urbanística. Desde 1999 se ha trabajado en la catalogación urbana de LLucmajor. Son 15 los municipios que en Mallorca no tienen catálogo de sus bienes inmuebles. Dentro de este plan, que el CIM oferta a los ayuntamientos, el trabajo seguirá en 2001 por Artà, Llubí, Costitx, Sencelles y Llubí.

Entre los objetivos del programa se prevé también una revisión de los bienes inmuebles que disponen de una declaración genérica de Bien de Interés Cultural para revisar, sobre todo, los elementos de arquitectura militar, torres de defensa o construcciones de costa. Todo ello para adecuarlos a la Llei de Patrimoni.

Asimismo se contempla la delimitación de zonas arqueológicas para la protección de los yacimientos, de las que, en los últimos años se han completado trescientas, junto a un programa de investigación arqueológica mediante un equipo que lleve a cabo excavaciones u obras propias del CIM como las que se realizan en el monasterio de Bellpuig. El programa de investigación del Pla de Castells se incluye en este apartado con trabajos en el castell de Alaró.