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Alfonso Ussía llegó y triunfó. Como el Julio César de la Guerra de las Galias o el Manolete de ovación, orejas y rabo en la Plaza de las Ventas por San Isidro. Pero al contrario de lo que le sucedió al primero con la irreductible aldea gala de Astérix, el escritor y periodista llegó a Palma para lidiar ante un público entregado desde mucho antes del día y hora señaladas por el Club Ultima Hora. Las invitaciones se agotaron jornadas atrás y el Teatre Municipal estuvo lleno a rebosar.

El autor de «Manual de las buenas costumbres» fue recibido con aplausos, y el paseíllo hasta el escenario pareció, talmente, como la entrada de las estrellas del celuloide en la gala de los Oscar. Ovación que agradeció con un gesto sonriente y seguro, conjunción de humildad y costumbre al clamor popular, mezcla de noble cuna, educación de caballero español y conocimiento de la naturaleza humana.

Quedó claro que Ussía cuenta en la Isla con muchos fieles que le siguen a través de sus columnas periodísticas, intervenciones radiofónicas y televisivas o sus libros. La serie de televisión sobre su último libro, «Memorias del marqués de Sotoancho», y el éxito obtenido por la misma planeaban entre las butacas donde pudimos ver, entre otros rostros conocidos, a Catalina Cirer, delegada del Gobierno; Maria Salom, diputada; el pintor Juan Miralles o la actriz Catalina Valls.

Fue una hora de risas y carcajadas durante la que este militante del humor, la sátira y la ironía, fue interrumpido en más de una ocasión por los aplausos. Si alguno de los presentes acudió al teatro con el fin de recriminarle algo, si entre los asistentes se encontraba agazapado algún enemigo de su pluma o contrario a sus ideas, podemos asegurar que quedó desarmado por su verbo fácil y sabido en el que la escatología y la procacidad de otros, los protagonistas de las tertulias capitalinas de los años cuarenta y cincuenta sobre las que vino a hablar, le sienta de maravilla. Por lo bien que recitó quintillas, epigramas y sonetos es evidente que se encuentra como pez en el agua entre el ingenio subido de tono.