Cruce de culturas en el cierre de Noches Mediterráneas en Costa Nord

Maria del Mar Bonet y Fethi Zghonda, director del Ensemble, hablaron ayer en Palma de la tradición musical de los países ribereños, plagada de aspectos comunes dentro de la identidad que caracteriza a cada uno de ellos.

«Si nos conocemos más nos unimos más», comentó Bonet quien, a lo largo de su carrera, ha demostrado su interés por investigar otras músicas. Pero, para la artista, este conocimiento «no ha de quedar sólo en la música, se ha de ir más allá, saber hacer amigos, saber querer, saber cómo rezan, cómo viven, cómo comen. Demostrar respeto», apuntó. Y entre ella y los músicos del Ensemble, cuya colaboración comenzó en 1985, se ha producido esa comunión de intereses artísticos e identidades.

«Juntos hemos demostrado que hay una cultura mediterránea a pesar de todo», señaló Fethi Zghonda. «Cuando nos conocimos descubrimos unas afinidades comunes, una sensibilidad, una manera de cantar, de sentir. La música de Maria del Mar la sentimos próxima. En la música tradicional de Túnez juega un papel muy importante la improvisación y nos sentimos próximos a su manera de improvisar», añadió el director de este grupo que interpreta el sonido árabe clásico de tradición oral, una música no escrita, sin partituras, a la que acecha un doble peligro: «El que llega del exterior, de Occidente, la música americana, y el de la música árabe que procede de Oriente y que se superpone al mundo tunecino».

Con Maria del Mar Bonet y la agrupación tunecina, Costa Nord volvió a convertirse en un cruce de culturas protagonizado por la música.