El Ballet de Moscú es ya un clásico de los veranos mallorquines. En
los últimos años ha representado sobre el escenario del Auditòrium
algunos de sus montajes más emblemáticos. Este agosto regresan a
Palma con un repertorio muy similar al que presentaron el pasado
verano, pues los mallorquines podrán volver a ver la representación
de «El lago de los cisnes» y «Cascanueces». La novedad será el
montaje de «La bella durmiente», también de Chaikovski.
Las actuaciones en el Auditòrium se iniciarán el miércoles, con
la representación de «El lago de los cisnes». El jueves será el
turno de «Cascanueces» y el viernes «La bella durmiente». El sábado
el Ballet de Moscú presentará «El lago de los cisnes» en el
auditorio de sa Màniga de Cala Millor y al día siguiente en
Alcúdia. El Ballet de Moscú está formado por bailarines procedentes
de las distintas formaciones de la federación rusa que destacan por
la autenticidad de su estilo, ya que todos ellos se declaran
seguidores de la tradición rusa. El coreógrafo Timur Faizíev fundó
en 1990 el Russian Festival Ballet que, dos años más tarde, pasó a
llamarse Ballet de Moscú. Natalia Chéjovskaya es una de las
primeras figuras.
Este ballet fue elegido por Nuréyev en su última gira europea.
Los bailarines tienen una edad media de 27 años y experiencia en
varias formaciones como el teatro de ópera de Odessa, el Ballet de
Kazán o el ballet de Perm. Esta compañía actúa un mes al año en
Moscú, en algunos de los teatros del Estado. El resto del año lo
dedican a recorrer el mundo con sus montajes. Además de
Chéjovskaya, el otro primer bailarín de la compañía es Vasili
Polushin. Pero también se encuentran nombres de la talla de Denís
Múrkev o Yevguenia Rítova. Timur Faizíev, director y coreógrafo del
Ballet de Moscú, asegura que éste destaca por «la gran técnica y
las dotes interpretativas de sus bailarines».
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