Los hijos de la viuda del poeta Rafael Alberti, fallecido ayer, David y Marta Borcha (izquierda y derecha), durante el homenaje popular dispensado al poeta en el Puerto de Santa María.

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EFE-CADIZ Los restos mortales de Rafael Alberti fueron incinerados ayer en el cementerio de Chiclana de la Frontera (Cádiz), para más tarde ser despedido por los vecinos de El Puerto de Santa María con un solemne homenaje que se le rindió en el Monasterio de la Victoria.

Al homenaje acudieron un millar de personas, muchas de ellas emocionadas, y algunos con banderas republicanas y comunistas, en un acto presidido por la Corporación municipal y donde las miradas de las asistentes se dirigían principalmente a una pequeña urna con las cenizas del poeta, colocada en una mesa frente al auditorio, y que al término del acto se entregó a la viuda del poeta María Asunción Mateo, en el domicilio familiar «Ora marítima».

Marta Borcha, hijastra de Alberti, llevó las cenizas hasta el Monasterio de La Victoria, donde las entregó a la corporación municipal para que fueran despedidos por los asistentes antes de que fueran arrojadas al mar en la Bahía de Cádiz, lo que se hará en la intimidad familiar.

Al acto no acudió la viuda del poeta, María Asunción Mateo, pero sí su hija Aitana Alberti, que se desplazó expresamente desde La Habana (Cuba), donde reside, y los hijastros del poeta, Marta y Fernando Borcha.

También estaban amigos suyos, como el poeta Marcos Ana, el actor Jose Luis Pellicena y Carmelo Ciria; el presidente de la Junta, Manuel Chaves, que llegó al acto ya empezado; la vicepresidenta del PP andaluz, Teófila Martínez; el vicepresidente del PA, Pedro Pacheco; o el coordinador de IU, Julio Anguita, encabezando una nutrida representación del Partido Comunista de España.

El homenaje empezó con un minuto de silencio, tras el que intervinieron los portavoces de todos los grupos políticos de la Corporación, entre los que destacó el de IU, Ignacio García, quien dijo que «tu paloma no se equivocó al elegirte como su creador», o el portavoz del gobierno portuense, Juan José Gómez, quien dijo que «no se cumplió la maldición del poeta de morir lejos de su tierra».

Por su parte, el alcalde de El Puerto de Santa María, el independiente Hernán Díaz, destacó que Rafael Alberti será siempre «un ejemplo a seguir en su conducta».

Tras la intervenciones institucionales, dos alumnos de institutos locales recitaron los poemas de Alberti «Canción para los pescadores pobres de Cádiz» y «Marinero en tierra», y a continuación hablaron amigos del poeta, como Marcos Ana, José Luis Pellicena o Salvador Arias; cantautores como Fernando Polavieja y Javier Ruibal, que cantaron poemas de Alberti, y la presidenta de la tertulia literaria local «El Ermitaño», Verónica Pedemonte.

La intervención más destacada de todo el acto, sin embargo, fue la de la hija de Alberti, Aitana, quien muy emocionada dio las gracias a los asistentes por acudir a despedir a su padre.

Aitana indicó que para ella era muy difícil hablar porque «no puedo pensar que mi padre, un hombre tan grande, tan alegre, tan brillante, tan inteligente y lleno de vida, esté en esa pequeña urna que tenemos delante».