Catalina Cirer se unió al homenaje bailando.

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FOTO: J.ROSSELLÓ/P.BOTA
El recuerdo de Bartomeu Enseñat y las danzas populares mallorquinas llenaron ayer el Teatre Principal en el homenaje que la Escola de Música i Danes de Mallorca ofreció a su fundador y maestro. Fue una fiesta donde el baile y la música protagonizaron una velada en la que no faltaron autoridades, amigos, alumnos y familiares del folclorista.

En el escenario, donde en ningún momento faltó la presencia de los dansadors y dansadores de la Escola, el maestro de ceremonias fue Xisco Vallcaneras, quien fue recorriendo los hechos más importantes de la vida de Bartomeu Enseñat relacionados con el baile y la cultura.

Pere A. Serra, presidente editor de Ultima Hora y amigo del homenajeado, fue el primero en abrir el cajón de los recuerdos para contar algunas anécdotas de sus viajes por Europa junto a Enseñat, como joven periodista, cuando el primero dirigía el grupo de Dansadors de la Vall d'Or de Sóller. Serra dijo que la vida de Enseñat había estado llena de éxitos, como lo demostró la exposición de trofeos y fotografías que ayer se colocó el vestíbulo del teatro.

En el Principal, donde también hubo palabras de cariño para los dansadors ausentes como Dolores Guilabert, estuvieron presentes la delegada del Gobierno, Catalina Cirer, quien hizo un discurso muy emotivo como ex alumna de la Escola y hasta se lanzó a bailar junto con Alfonso Moll; el conseller de Cultura del Govern, Manuel Ferrer, que recordó cómo el Ejecutivo le había reconocido con el Premi Ramon Llull, y el alcalde Joan Fageda, quien anunció la creación del Premio Bartomeu Enseñat que ayer se entregó por primera vez a su viuda, Esperanza. Las autoridades también le hicieron entrega de sendas placas.

Entre jotas y boleros, hubo actuaciones de Maria del Mar Bonet; Els Valldemossa; Pep Toni Rubio; Miquelina Lladó; Antoni Roig; Antonia Rubio y Pep Rubio (Aliorna); l'amo en Xesc de Son Cloquis; Pere Gil; Catalina Torrens e Ignasi Cases y Tomeu Poquet, que, al piano, interpretó «Sempre», una pieza compuesta para la ocasión.

Aina Enseñat pidió que la labor de su padre continuara y el actual director de la Escola, Biel Frontera, tampoco fue olvidado en una noche de emociones, en la que la ciudad siciliana de Agrigento, donde Enseñat era muy querido, estuvo representada por Enzo Lauretta.