Aparece por primera vez un pavimento a base de mortero. FOTO: JAUME MOREY.

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Por ahora, y hasta que no se lleven a cabo nuevas excavaciones en Palma, los restos romanos hallados a lo largo del pasado año y de este en un solar de la calle San Bernat, donde el Obispado construye una residencia para sacerdotes jubilados, son considerados por los arqueólogos como los «más importantes aparecidos en Palma».

A los muros de un edificio público monumental que salieron a la luz en febrero, en principio datados entre la época republicana o el alto imperio (siglo I después de Cristo) que se habría derrumbado en el llamado período tardío (siglos III y IV después de Cristo), se añaden ahora otras dos construcciones que aparecieron a escasos metros de las anteriores. De este hallazgo los expertos destacan dos pavimentos de cierta entidad, ya que están construidos de mortero con argamasa y restos de cerámica, lo que se denomina signinum, y no a base de tierra pisada. Estos restos aparecieron en dos niveles distintos y la relación estratigráfica indica que podían ser de dos momentos diferentes. En una primera visión, los expertos apuntan que la estructura más moderna se encuadraría como romano tardía, posterior al siglo III después de Cristo.

Todo este trabajo de investigación arqueológica sobre el terreno, que ha sido subvencionado por el CIM, se completa con el primer hallazgo espectacular, que tuvo lugar en abril de 1998, el de un trozo del lienzo de la muralla romana de Palma que los arqueólogos describieron «como mínimo posterior al año 300 después de Cristo».