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Los vecinos de la plaza de Santa Catalina disfrutan estos días de una operación nada habitual en la zona. Se trata de la instalación de varias esculturas que, aunque de manera provisional, ocupan buena parte de los jardines. No obstante, como las obras se presentarán el viernes públicamente a los medios de comunicación y a la ciudad, hasta entonces permanecen envueltas como grandes paquetes que guardan un misterio en su interior.

Son parte de la colección de 30 piezas escultóricas de artistas mallorquines, peninsulares e internacionales que se instalarán de manera definitiva por la fachada marítima de Ciutat con motivo de la Universiada. Los trabajos de ubicación comenzaron el martes y a las creaciones de Mompó, Ferran Aguiló, Antoni Socías y Joan Bennassar, se unieron ayer las de Pep Sirvent, Aligi Sassu, Albert Rouiller, Marcel Martí, Agustí Roqué y parte de la estructura de la obra creada por el norteamericano Dennis Oppenheim.

Según fuentes bien informadas, estas 30 obras formarían parte de la primera fase de un proyecto más ambicioso que podría pasar de la cuarentena y que convertiría a Palma de Mallorca en un punto de referencia cuando se hablara de escultura contemporánea.