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ANA PÉREZ El escritor y poeta argentino Marcos Ricardo Barnatán dio ayer continuidad al ciclo «Homenatge a Borges en el seu centenari» con una conferencia en el Centre de Cultura Sa Nostra bajo el título «Borges, una vida».

Barnatán, radicado en España desde hace años, ha hecho de la obra y vida de Borges, junto a los temas hebráicos y el arte contemporáneo, una de sus especialidades. «Jorge Luis Borges» (1972), «Borges y su obra» (1978), «Borges» (1984) y «Borges, biografía total» (1995) son el fruto de una amistad nacida de la más profunda admiración.

«Hasta los 18 años no había leído a Borges. En mi casa se respiraba un ambiente político de izquierdas y siempre oí hablar de él como un escritor denigrado, hasta que una tía mía me regaló una antología completa. Fue como una especie de conversión», recuerda Barnatán, que se convirtió durante meses en la sombra de Borges.

«Dedicaba las tardes a seguirle. Acudía a las mismas conferencias, cenaba en los mismos restaurantes... Era algo obsesivo y detectivesco, hasta que un día me decidí a llamarle y él, muy amable, me recibió en su casa. La relación de Borges con Mallorca, en la que pasó algunas temporadas de su vida, es uno de los aspectos a destacar. No en vano, como afirma Barnatán, «Mallorca le dio a Borges la fama universal» al entregarle, conjuntamente con Samuel Beckett, el Premio Internacional Formentor de 1963, lo que supuso la traducción de su obra a multitud de idiomas.