Iñigo Urkullu, Patxi López y Juan José Ibarretxe, en el funeral por el lehendakari entre 1985 y 1999, José Antonio Ardanza, en Elorrio (Bizkaia) | H. BILBAO - EUROPA PRESS

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Cientos de ciudadanos, personalidades institucionales y políticas, así como familiares y allegados han dado su último adiós esta tarde en la Basílica de la Purísima Concepción de Elorrio (Bizkaia) al que fuera lehendakari entre 1985 y 1999, José Antonio Ardanza, fallecido este pasado lunes a los 82 años de edad en su casa de Gautegiz Arteaga.

Aitor, hijo del fallecido, ha tomado la palabra en nombre de la familia para dar las gracias a los asistentes y por las muestras de cariño y respeto recibidos, así como a todas aquellas sensibilidades políticas que «desde la diferencia, ayudaron a crear la Euskadi que tenemos hoy». «Era lo que él quería», ha manifestado.

El funeral ha comenzado a las siete de la tarde, en una basílica con un aforo de unas 700 personas, que se ha llenado para acoger a todas las personas que se han acercado para expresar sus respetos. El obispo de Bilbao, Joseba Segura, que ha presidido la misa, ha destacado en su homilía que el exlehendakari «tendió puentes» entre diferentes, defendió «el respeto a la vida» en la época de ETA y luchó por un futuro «humano y cívico».

Junto al obispo de Bilbao, han concelebrado el oficio fúnebre el arzobispo de Burgos y anterior obispo de la Diócesis, Mario Iceta, y el obispo de San Sebastián, Fernando Prado. El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, no ha podido concelebrar la misa funeral por el «repentino fallecimiento» de un sacerdote diocesano este pasado martes, por lo que ha sido sustituido por el vicario general de la Diócesis de Vitoria, Carlos García Llata. El coro parroquial ha estado acompañado por el Orfeón Donostiarra en el apartado musical.

Ocho agentes de la Ertzaintza vestidos de gala ha ido recibiendo a los que entraban a la basílica. En primera fila estaban Gloria Utiaga, la viuda de José Antonio Ardanza, y sus dos hijos, Nagore y Aitor, arropados por más familiares.

En la otra bancada, también en primera fila, se sentaban el lehendakari Iñigo Urkullu y su mujer Lucía Arieta-Araunabeña, su antecesor Patxi López y su mujer Begoña Gil, y el también exlehendakari Juan José Ibarretxe. Junto a ellos, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, y la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria.

El primer lehendakari de la democracia, Carlos Garaikoetxea, ha visitado esta mañana la capilla ardiente en Vitoria, pero no se ha podido desplazar a Elorrio.

Entre los asistentes se ha podido ver a los consejeros del Gobierno Vasco, los diputados generales de Bizkaia, Gipuzkoa y Álava, los alcaldes de las capitales vascas, antiguos y actuales dirigentes políticos, como la delegada del Gobierno en el País Vasco, Marisol Garmendia, el expresidente del PSE-EE, Jesús Eguiguren, el que fuera consejero de Interior y presidente de la Cámara vasca, Juan Mari Atutxa, o el que fue presidente del EBB del PNV, Josu Jon Imaz, ahora consejero delegado de Repsol.

Aitor, hijo de José Antonio Ardanza, ha tomado la palabra ante de concluir el funeral para dar las gracias, en nombre de la familia, a los asistentes y por las muestras de cariño y respeto recibidos.

«Los últimos días han sido de mucho dolor, pero debemos dar gracias a Dios por la posibilidad que nos ha dado de rodear a nuestro padre y poderle dar el adiós, embargados por la tristeza, pero orgullosos. Así se nos ha ido un referente para nosotros en casa y, según los testimonios recibidos en los últimos días, también un referente para muchas personas», ha añadido.