La portavoz de la Diputación de Bizkaia, Leixuri Arrizabalaga, y la diputada de Hacienda y Finanzas, Itxaso Berrojalbiz, en rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno. | Europa Press - EUROPA PRESS

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La Hacienda de Bizkaia trabaja, junto con los 113 municipios del territorio, en la revisión de los valores catastrales de todos los bienes inmuebles de naturaleza urbana y rústica para su entrada en vigor el 1 de enero de 2025, con el fin de adaptarlos a las variaciones en el mercado inmobiliario en los últimos ocho años. Por el momento, no se cuenta con una estimación «certera» de la variación que experimentará, si bien «no tendrá nada que ver» con la efectuada en 2016.

En una rueda de prensa en Bilbao, la diputada de Hacienda y Finanzas, Itxaso Berrojalbiz, ha detallado este jueves los pasos que se seguirán para proceder a esta nueva revisión de los valores catastrales, unos valores que servirán de base para calcular el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) en función del tipo que determine cada ayuntamiento.

La última revisión se llevó a cabo en 2016 tras «más de 40 años sin ningún tipo de actualización» y, por tanto, con unos valores de los bienes inmuebles «completamente desfasados», una «cuestión que no ocurre en esta revisión», ha apuntado la diputada.

Así, se va a llevar a cabo una revisión de los valores catastrales de todos los bienes inmuebles de naturaleza urbana y rústica para adaptarlos a las variaciones sufridas en el mercado inmobiliario en estos años, de forma que las recojan de la forma más actualizada posible con el objetivo de que cada titular contribuya de manera proporcional al valor de sus inmuebles y, por tanto, que los impuestos asociados a este valor se paguen de manera «más justa y equitativa».

El Servicio de Catastro y Valoración de la Diputación ha realizado diferentes estudios del mercado inmobiliario que «constatan los cambios producidos en la economía, la demografía, los movimientos de población, actuaciones urbanísticas, mejoras en las explotaciones agrícolas y forestales». «En definitiva, lo que vienen a ser revalorizaciones o depreciaciones de las diferentes zonas de nuestro territorio», ha precisado Berrojalbiz.

El proceso de revisión se inicia con la aprobación de las ponencias de valores, los documentos que recogen los criterios, zonas de valor, normas técnicas de valoración, delimitación del suelo que corresponda y elementos precisos que permitan llevar a cabo la fijación de los valores catastrales de cada municipio.

Durante el mes de febrero, Diputación ha hecho llegar a cada ayuntamiento una propuesta de ponencia de valor, que incluye simulaciones de los futuros valores catastrales, tras lo que los consistorios podrán realizar las aportaciones que consideren oportunas. Una vez emitido el informe de los ayuntamientos, las ponencias de valores serán aprobadas y se iniciará un periodo de exposición pública.

En una segunda fase del proceso, se asignará un nuevo valor catastral a cada inmueble, que será notificado de manera individualizada a sus propietarios antes de finalizar el año, Este valor servirá de base para calcular el IBI de los inmuebles en función del tipo determinado por cada ayuntamiento.

Más de 700.000 titulares

La entrada en vigor de los nuevos valores catastrales tendrá lugar a partir del 1 de enero de 2025, poniendo fin a «un importante proceso» teniendo en cuenta que, según ha destacado la diputada de Hacienda, hay más de 700.000 titulares de algún inmueble en Bizkaia, donde hay contabilizados 134.908 edificios y 1.278.115 bienes inmuebles.

En función de los datos aportados por la institución foral, existen 1.537.145 elementos de naturaleza urbana, de los que el 41% tienen uso de vivienda, un 6% uso comercial y un 2% uso industrial. A ellos se suman 293.458 elementos de naturaleza rústica, con 194.895 hectáreas de cultivo, entre los que el 44,6% corresponde a monte maderable, el 12,95% a monte frondoso y el 9,84% a pradera.

Con este «elevado número de elementos a revisar», la Diputación ofrecerá un servicio de asesoramiento que en este momento se enfoca en los ayuntamientos, que cuentan con la ayuda de los técnicos forales de catastro y dos aplicativos diseñados, y posteriormente se extenderá a los ciudadanos cuando reciban las notificaciones de los nuevos valores, con la atención de un equipo específico.

La diputada de Hacienda ha explicado que, en este momento, no se puede realizar un estimación «certera» de la variación que experimentarán los valores catastrales hasta que no se reciban las aportaciones de los municipios a las estimaciones efectuadas por el servicio foral.

Asimismo, ha precisado que, dado que el mercado no ha evolucionado por igual en todo el territorio y hay zonas que se han podido «revalorizar y otras depreciar», no se puede establecer «un criterio uniforme». En todo caso, ha insistido en que no va a tener «nada que ver» con la revisión catastral de 2016.