Archivo - El obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte, junto al Lehendakari, Iñigo Urkullu, y la jueza Manuela Carmena durante la presnetación del Informe de Vulneraciones de Derechos Humanos, el 14 de junio de 2013 | JON BERNÁRDEZ/LEHENDAKARITZA - Archivo

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El Lehendakari, Iñigo Urkullu, ha lamentado este sábado el fallecimiento del obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte, «un amigo íntimo y un referente insustituible» para él, del que ha destacado que ha sido un «trabajador infatigable y discreto por la paz». También ha alabado su «inmensa e inagotable contribución a la convivencia y a los derechos humanos».

Uriarte, nacido en Fruniz (Bizkaia) el 7 de junio de 1933, ha fallecido hoy, a los 90 años de edad, en el hospital Basurto de Bilbao, donde se encontraba ingresado tras haber sufrido el pasado domingo un ictus.

Juan María Uriarte destacó por su labor a favor de la paz en Euskadi, y durante la tregua de 1998-1999 intermedió en la reunión que celebraron enviados del Gobierno de José María Aznar y representantes de ETA en Suiza.

En un sentido mensaje, trasladado a través de las redes sociales, Urkullu le ha calificado de «persona buena, de fe íntegra, entregado a la Iglesia y a su Evangelio, una persona tan culta como humilde», y para él, además, «un amigo íntimo y un referente insustituible, un maestro, siempre cerca, siempre dispuesto a escuchar y a ayudar a quien lo pudiera necesitar».

El Lehendakari ha destacado que fue un «trabajador infatigable y discreto por la paz». «Su contribución a la convivencia y a los derechos humanos fue inmensa e inagotable. Su pensamiento y su voluntad siempre centrados en la búsqueda de lo mejor para Euskadi y la sociedad vasca», ha añadido.

Construir una sociedad más justa

También ha resaltado que «su vida y su obra ha sido fecunda, ha ido practicando un camino a seguir», y su memoria «es y será recuerdo del trabajo voluntario y generoso por construir una sociedad más justa y una Iglesia mejor».

Por todo ello, ha expresado sus «más sentidas condolencias» a sus familiares, amigos y a toda la comunidad de la Iglesia vasca. «Muestro mi recuerdo y condolencia a la Iglesia, tan afectada, así como a sus rectores, compañeras y compañeros», ha concluido.