Fotografía de un hongo del tipo Aspergillus utilizado como modelo en el estudio. | IATA-CSIC

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El Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y la empresa spin-off Bioinicia, han puesto en marcha el proyecto Inhalafung, que busca desarrollar tratamientos inhalados basados en proteínas antifúngicas nanoencapsuladas para combatir las infecciones pulmonares causadas por hongos.

Se trata de un trabajo que incrementará el conocimiento y la aplicación clínica de este tipo de proteínas, en un contexto en el que la resistencia a los antimicrobianos se ha convertido en uno de los principales desafíos de salud mundial del siglo XXI, según ha informado el CSIC en un comunicado.

Las proteínas antifúngicas (AFPs) de hongos filamentosos tienen un «gran interés biotecnológico» por su elevada capacidad antifúngica y sus diferentes mecanismos de acción contra hongos patógenos. Son proteínas pequeñas con una estructura compacta que las hace «altamente» estables frente a pH extremos o temperaturas adversas.

Según explica Paloma Manzanares, investigadora responsable del proyecto, «estas proteínas son candidatas ideales para controlar infecciones fúngicas que amenazan la salud de la población, pues es muy poco probable que aparezcan cepas resistentes debido a su modo de acción multidiana».

El personal investigador y técnico del proyecto Inhalafung producirá estas proteínas antifúngicas nanoencapsuladas mediante electropulverización asistida por gas presurizado a temperatura ambiente, una técnica emergente patentada en copropiedad entre Bioinicia y el CSIC, que es «de gran interés en la industria farmacéutica» ya que «permite la nanoencapsulación de mayores cargas de fármaco, incrementa la velocidad de disolución y aumenta la biodisponibilidad», ha explicado la entidad.

«El proyecto afrontará tanto la falta de nuevos antifúngicos como de nuevas terapias inhaladas, y los resultados permitirán avances científicos y tecnológicos en el campo de las proteínas antifúngicas y nanomateriales con aplicaciones médicas, un hito de gran importancia científica e industrial», ha detallado Jose F. Marcos, investigador del IATA.

El Grupo de Proteínas y Péptidos Bioactivos de Interés en Agroalimentación del IATA-CSIC, liderado por los investigadores Paloma Manzanares y José F. Marcos, trabaja en este proyecto del programa CSIC Cocrea, que se enmarca en Converge, el hub de innovación abierta del CSIC.

Converge tiene como fin impulsar la colaboración público-privada mediante el desarrollo de proyectos de innovación abierta de cocreación y codesarrollo de la institución CSIC con empresas para promover soluciones frente a los retos globales. En concreto, el proyecto Inhalafung se encuentra dentro del área temática de resistencia a antimicrobianos.

El reto de la resistencia a antifúngicos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la resistencia a antimicrobianos como una de las diez «principales amenazas» de salud pública a las que se enfrenta la humanidad. Las infecciones fúngicas representan un «peligro real» para la salud y son «un componente poco reconocido en la crisis mundial sobre resistencias a antimicrobianos». Estas infecciones afectan a más de mil millones de personas en el mundo, y su tasa de mortalidad supera a la de la malaria o el cáncer de mama.

El uso intensivo de los antifúngicos disponibles en ganadería, agricultura y conservación de materiales ha llevado al desarrollo de resistencia a los antifúngicos autorizados. Por tanto, como indica Sandra Garrigues, también investigadora del IATA, «existe una necesidad urgente de producir nuevos antifúngicos con modos de acción novedosos».

El tamaño del mercado mundial de medicamentos antifúngicos se valoró en 14.300 millones de euros en 2022 y se prevé que crezca considerablemente hasta 2030 por la creciente prevalencia de las infecciones provocadas por hongos. «Estamos convencidos de que los nuevos tratamientos antifúngicos contribuirán al mercado de fungicidas en los próximos años y reducirán los costes globales de los planes de resistencia a los antimicrobianos», afirman los responsables de Bioinicia.