Archivo - Una zona en obras en el Parque de Comillas en Carabanchel, Madrid (España). | Alberto Ortega - Europa Press - Archivo

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Colectivos vecinales han reclamado a la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid la protección de los restos de interés patrimonial o etnográfico que han sido localizados en el Parque de Comillas, en el distrito de Carabanchel, durante el movimiento de tierras por las obras de ampliación de la Línea 11 de Metro entre Plaza Elíptica y Conde de Casal.

En concreto, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), la Asociación Vecinal Parque de Comillas y la Asociación de Familias del Alumnado (AFA) del colegio Perú han registrado un escrito en la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte con esta petición, que también han remitido al consejero, Mariano de Paco.

La petición se ha producido unos días antes de que, tal y como hemos conocido hoy, el Ayuntamiento de Madrid cesara a su jefa de Servicio de Patrimonio Mundial y Difusión, Carmen Rojas, responsable de defender el patrimonio del Paisaje de la Luz, hoy afectado por las talas del proyecto de ampliación de la línea en la zona de Atocha.

En el marco de los trabajos que arrancaron el pasado mes de diciembre en el Parque de Comillas han emergido restos que, según los vecinos, podrían corresponder a las viviendas edificadas por Falange entre 1940 y 1979 para alojar a las víctimas del expolio franquista y a las familias en situación de extrema pobreza que llegaban a la ciudad.

El relato de numerosos vecinos y vecinas que nacieron y vivieron en estas viviendas apunta que, al eliminarlas en 1979 para la construcción del parque, «no se produjo ningún otro proceso que el cubrimiento de los restos».

Se trata de unas 700 casas de 40 metros, con dos habitaciones y un baño cada cuatro hogares. El recinto estaba custodiado por falangistas y eran habituales los registros para controlar a cada inquilino.

«Este descubrimiento forma parte de la memoria con la que se ha ido formando el barrio. Muchos vecinos nacieron y vivieron en esas casas, y tras ver esas baldosas tan características, o el pozo, enseguida han reconocido los restos, por eso, reclamamos a la Comunidad de Madrid que estudie la preservación de este patrimonio», han defendido las entidades solicitantes.

Frente estable de la guerra civil

En la zona de Antonio de Leyva se estabilizó el frente de Carabanchel Bajo durante la Guerra Civil, según atestiguan noticias como el hallazgo conocido en octubre de 2019 de una bala de cañón por parte de unos operaciones en esta vía, antigua carretera de Toledo.

En este sentido, las asociaciones consideran que no se puede descartar que continúen apareciendo restos arqueológicos relacionados con este periodo.

Asimismo, esta zona ya fue objeto de estudio por hallazgos prehistóricos a principios del pasado siglo. Según recuerdan los vecinos, el arqueólogo José Pérez de Barradas, en un informe de 1927, detalla los descubrimientos localizados entre las carreteras de Toledo (calle de Antonio Leyva) y Andalucía (calle de Antonio López).

Se trataba de vestigios del Neolítico formados por cinco molinos de granito, uno de ellos de 0,50 metros de longitud, y fragmentos de cerámica tosca, con impresiones dactilares en el borde. Uno de ellos muestra en su parte inferior un abultamiento circular de 4 centímetros de diámetro, casi a la misma altura que el fondo del vaso".

Un año del movimiento no a la tala

La AFA del colegio Perú, la Asociación Vecinal Parque de Comillas y el resto de entidades que forman parte del movimiento ciudadano No a la Tala trabajan desde febrero de 2023 en la defensa de las zonas verdes amenazadas por las obras de la Línea 11 de Metro.

En el parque de Comillas, donde se prevé la construcción de una nueva estación de Metro, se han talado al menos 133 árboles y la superficie afectada alcanza las 4,5 hectáreas, que servían de refugio climático en un barrio de escaso arbolado.

Ahora se espera la llegada de la tuneladora que excavará el nuevo túnel desde las cercanías del colegio Perú, cuya población escolar de más de 500 niños de menos de 12 años, algunos con trastorno del espectro autista, se verá afectada.

El centro se encuentra a tan solo 25 metros del recinto de obra. Por ello, estos colectivos reclaman que la Comunidad de Madrid regrese a su planteamiento inicial y ubique la tuneladora en el otro extremo de la ampliación de la línea, un solar próximo a la A-3, con mucho menos impacto en la población.