Archivo - Vista general de la fachada principal de la Ciudad de la Justicia. | ALEX ZEA/EUROPA PRESS - Archivo

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La Audiencia de Málaga ha condenado a 19 años y medio de prisión a un hombre por engañar a mujeres para ejercer la prostitución ofreciendo contratos falsos de modelo o de cuidadora, obligándolas con amenazas a que realizaran dicha actividad y le dieran la mitad del dinero que obtuvieran.

Según se declara probado en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, entre 2013 y 2017, el acusado contactó a través de Internet con distintas mujeres a las que ofrecía distintos trabajos, como modelo, chicas de compañía o empleada de hogar, en Málaga.

También les ofrecía alojamiento en su propio domicilio, «si bien el trabajo no resultó ser el ofertado», señala la resolución, sino que una vez dichas mujeres se encontraban en Málaga, donde se habían de desplazado desde sus respectivos lugares de residencia, descubrían que lo que pretendía el procesado era que ejerciesen la prostitución en dicho domicilio a cambio del pago de un porcentaje".

La resolución apunta que estas mujeres se veían «obligadas a realizar tal actividad al haber firmado unos contratos con el procesado y amenazarles el mismo con que si los incumplían las denunciaría y no conseguirían regularizar su situación en España».

Esto ocurrió en marzo de 2013, cuando el procesado, a través de una página de anuncios, ofertó un trabajo de chica de compañía a una mujer, testigo protegido en esta causa, por el que percibiría una remuneración de 2.000 euros mensuales, trabajando en Torremolinos (Málaga).

Una vez en el domicilio, «el procesado le hizo firmar un contrato y entregarle su pasaporte, diciéndole que se desnudaran», momento en el que le dijo que tenía que ejercer la prostitución y que «tenía que estar disponible las 24 horas del día para ejercer dicha actividad».

De esta forma, estuvo 15 días en los que entregó todo el dinero --menos 20 euros para comprar comida-- y no pudo salir de la vivienda hasta que logró hacerlo «no sin antes firmar un documento en que reconocía adeudar al procesado la suma de 20.000 euros y que sólo cuando abonase la misma este le devolvería su pasaporte».

En otros dos casos sí ofreció ejercer la prostitución en un piso de Málaga y les hizo firmar un contrato «en el que se recogía que debía estar disponible 24 horas y que debía abonar la mitad de lo recaudado», además de pagar otras cantidades para alojamiento e, incluso, a la madre del procesado por cuidar de su hija.

En el mes de diciembre de 2016, el acusado contactó con otra chica a la que le hizo firmar un contrato por él redactado en el que se hacía referencia a la actividad de modelo, aunque tras hacerle unas fotos, le dijo que realmente iba a ejercer la prostitución algo a lo que ellla accedió.

Pero, dice la Sala, fue «debido a la presión e intimidación que ejercía sobre ella el procesado quien amenazó con causar daño a su familia manifestándole asimismo que si incumplía el contrato nunca podría regularizar su situación en España». Se fue un día aprovechando que el acusado no estaba.

Asimismo, según se declara probado también por el Tribunal, durante el tiempo que estuvo en la vivienda, «abusando --el acusado-- se su situación de superioridad sobre la mujer y de la vulnerabilidad de la misma logró que accediera a mantener relaciones sexuales con él».

Finalmente, en abril de 2017 el acusado, señala la sentencia, contactó con una menor con 16 años «y siendo plenamente consciente de la edad de la misma le ofreció ejercer la prostitución en su vivienda conviniendo que la chica le entregaría el 50% de sus ganancias»; pero además, «la excusa de que para poder trabajar él debía saber cómo funcionaba y trataría a los clientes, logró que la menor mantuviera relaciones sexuales completas».

Por estos hechos, se le condena por delitos relativos a la prostitución y también de abusos sexuales y de corrupción de menores. Así, aunque la pena de prisión impuesta es de 19 años y medio, se establece en la sentencia que se fija en 12 años de cárcel el máximo de cumplimiento.

El procesado declaró que él sólo alquilaba habitaciones, que no participaba en los beneficios que obtenían las chicas que ejercían la prostitución en su domicilio, que no sabía que las chicas estaban en situación irregular ni les dijo que tenían que ejerce la prostitución o si no iban a regularizar su situación jamás; añadiendo que no hizo ningún contrato de modelo.

Pero estas manifestaciones son para la Sala una «lógica versión exculpatoria» del acusado, porque frente a esto están, dice, las «persistentes manifestaciones» de las perjudicadas y las manifestaciones e informes de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que llevaron la investigación.

Por tanto, para el Tribunal, existen los elementos de los delitos y, además, «de la prueba practicada no ha quedado acreditado en modo alguno la concurrencia de móviles espurio que puedan hacer dudar de la veracidad de las manifestaciones de las testigos», corroboradas también por la documentación y dispositivos electrónicos intervenidos en el registro del domicilio.