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Los grupos de la oposición en el Parlamento Vasco, EH ildu, Elkarrekin Podemos-IU y PP, han considerado que la nueva Ley vasca de Educación es un «fracaso» porque «toda la comunidad educativa está decepcionada», porque «se renuncia a defender a la escuela pública» y porque está «a medio hacer y alejada de las necesidades educativas», mientras que PNV ha defendido el proceso «ejemplar, aglutinante e integrador» para su elaboración y PSE han asegurado que «defiende lo público» y va a «favorecer el éxito escolar».

En un debate en Radio Euskadi, los parlamentarios vascos han valorado la aprobación este pasado jueves en el pleno del Parlamento Vasco, con los votos a favor de PNV y PSE-EE y el rechazo de los grupos de la oposición, de la Ley Vasca de Educación, que, entre otros aspectos, mantiene los modelos lingüísticos (en euskera, bilingüe y en castellano) en los que se estructura el sistema actual y establece que los centros deben planificar el aprendizaje de las lenguas.

El parlamentario del PNV Aitor Urrutia ha considerado el proceso «ejemplar, aglutinante, inclusivo e integrador» y ha dicho que «los desmarques que cada uno haga serán de su responsabilidad». La nueva ley, ha asegurado, es «integral y nace con el objetivo de dotar a nuestro sistema educativo de las herramientas que necesita para su labor en una nueva generación de alumnos».

Asimismo, ha señalado que la nueva ley «lleva consigo aspectos y características como la equidad, la escolarización equitativa contra la segregación, la igualdad de oportunidades, el Servicio Vasco Público de Educación, la autonomía de centros, la profesionalización de equipos directivos, la participación de los ayuntamientos, la identificación de los objetos lingüísticos o la evaluación permanente», entre otros.

Desde el PSE, la parlamentaria Gloria Sánchez PSE ha dicho que los socialistas están «muy satisfechos con la negociación» que se ha dado y que ha culminado con la aprobación de una ley con la que se «defiende lo público, se combate la segregación por razones económicas y de origen y se garantiza que las lenguas no sean un problema y que se trate de imponer una de ellas».

«Esta sí será una ley de educación y no una ley para la construcción nacional, que es lo que han querido algunos», ha afirmado, para remarcar que con esta nueva ley se va «favorecer el éxito escolar de todo el alumnado, situando sus necesidades y su desarrollo integral en el centro del sistema».

El parlamentario de EH Bildu Mikel Otero ha señalado que se trata de una ley que «empezó apuntando muy alto, que fue muy trabajada con mucho consenso e implicación apuntando a un pacto muy mayoritario a través del acuerdo educativo, que fue apoyado por más del 90 por ciento de la cámara y, finalmente, se ha quedado una ley aprobada sólo por dos grupos».

«Empezó con una dinámica incluyente, pero ha terminado con una dinámica excluyente, lo que ha dado como resultado una ley peor de la que todos los agentes involucrados pensaron y pensamos que se iba a conseguir», ha lamentado, para afirmar que el pasado jueves «el ambiente general era de fracaso» con «toda la comunidad educativa decepcionada» por lo que se ha aprobado.

El parlamentario de Elkarrekin Podemos-IU Iñigo Martínez ha precisado que «en ningún momento en el acuerdo educativo se hacía referencia a la imposición de ningún tipo de modelo uniforme lingüístico», sino que es y «un discurso que ha hecho el Partido Socialista y que lo sigue haciendo», lo que considera «especialmente peligroso».

A su entender, la nueva ley de educación es un «fracaso» para el Gobierno porque, «después de que en marzo 2022 cuatro grupos firmamos un acuerdo educativo que reforzaba la escuela pública y se luchaba contra la segregación», se ha aprobado una ley que «era la ley estrella de la legislatura pero se ha convertido en una en una ley de trámite que solo aprueban PNV y PSE» y que se ha hecho «de espaldas a la comunidad educativa de la escuela pública», por lo que está «abocada al absoluto fracaso».

Además, Martínez ha lamentado que el PSE «ha renunciado en esta ley a defender la escuela pública» y le ha acusado que hacer «un discurso que no está en la calle, acercándose a un discurso de la derecha españolista, porque no hay un problema con los modelos lingüísticos».

Por último, el parlamentario del PP Carmelo Barrio ha considerado que el Departamento de Educación no puede estar satisfecho porque se ha aprobado una «mala ley, a medio hacer», porque «tiene más de 100 referencias a desarrollos reglamentarios, lo que quiere decir que la ley todavía no está hecha» y hay «un cúmulo de cuestiones que forman parte de la incógnita política de lo que el futuro de esta ley va a desarrollar o implementar».

Además, ha dicho que es una «mala ley» porque está «alejada de un análisis sociolingüístico claro y de necesidades educativas, sin un verdadero proyecto pedagógico y sin garantía de trabajar por el éxito académico, estableciendo solamente un eje vertebrador de la educación en torno a la euskera, cuando tenemos dos lenguas oficiales».

Barrio ha dicho que PNV y PSE, pero también EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU «vendieron un pacto de país, un acuerdo histórico para el país» después del acuerdo de bases, pero «hoy todo esto se ha convertido todo esto en un retroceso, en una cuestión que no genera ilusión y en una apuesta solamente gubernamental, alejada de la realidad».

El parlamentario popular ha insistido en que la aprobación de esta ley ha sido "un fracaso pluridimensional: fracaso del pacto histórico, fracaso de documento, porque es un lío inexplicable, fracaso de la calidad de las normas, fracaso en el análisis de nuestra realidad y fracaso de convivencia