El FC Barcelona ya tiene la licencia de obras principal para remodelar su estadio

Así ya tiene todo lo necesario para la reforma emprendida en junio, porque ya se habían dado permisos para derribar el tercer graderío y para obras en el subsuelo, informa el Ayuntamiento de Barcelona en un comunicado este jueves.

La teniente de alcaldía de Urbanismo, Laia Bonet, ha explicado que se renovarán más de 111.000 m2 de espacio público en todo el entorno para «generar un nuevo espacio ciudadano de calidad, con más zonas verdes y nuevos carriles bici».

El Ayuntamiento «se ha comprometido» con asociaciones vecinales del entorno a una reunión mensual donde se pedirá al club que informe con antelación de posibles afectaciones.

Estadio y entorno

La urbanización de la calle Menéndez y Pelayo ya ha acabado y se prevé urbanizar también la Travessera de les Corts, la segunda fase de la avenida Joan XXIII y la calle de Eidenbenz (antigua calle Maternitat).

Cuando las obras empezaron en junio, ya se había iniciado el derribo del tercer graderío, que se ha acabado en los últimos meses, y ahora la licencia principal permite hacer el grueso de las obras hasta noviembre de 2024, cuando se prevé que el estadio vuelva a funcionar.

Se harán las cimentaciones y la estructura del nuevo tercer graderío, incluyendo las dos anillas de 'hospitality', y también se harán obras en el entorno del estadio: aparcamiento subterráneo, nuevo almacén central inteligente y un espacio experiencial.

Mejoras del estadio

El Ayuntamiento ha concretado que la licencia principal incluye los cambios trabajados los últimos meses entre los técnicos municipales y el FC Barcelona, a raíz de las modificaciones propuestas por el propio club al proyecto inicial: son nuevas mejoras de sostenibilidad, innovación, tecnología y accesibilidad, entre otras.

El replanteamiento aplicado a la licencia implica 18.000 m2 de placas fotovoltaicas en la cubierta, para iluminar en los días de partido; bajar el consumo de calefacción y refrigeración; un sistema de geotermia y una distribución de frío y calor global (District Heating & Cooling) que reduzca un 30% la energía contratada; reutilizar las aguas pluviales de la cubierta, para regar 10 veces el año toda la vegetación del futuro campus; y aumentar más de un 15% la masa arbórea del recinto.