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El Lehendakari, Iñigo Urkullu, ha afirmado este jueves que «la pesadilla cotidiana» de ETA está ya superada, pero ha constatado que existen «tareas pendientes en materia de memoria y reflexión crítica del pasado». Además, ha destacado «la fortaleza» del autogobierno vasco, que ha tenido una «revalorización social y política», pese que en la última década «ha continuado su erosión silenciosa» y «la invasión competencial».

Urkullu ha realizado esta reflexión en el Pleno de Política General del nuevo curso político, el último de la legislatura, cuando se cumplen diez años y nueve meses desde que fue investido Lehendakari.

El presidente del Gobierno Vasco ha recordado que en 2012 se marcó dos grandes prioridades, el de ayudar a convertir «en definitivo e irreversible el cese del terrorismo que ETA había anunciado un año antes», en 2011; y hacer frente a la crisis económica y financiera global desencadenada en 2008.

Además de estos grandes retos de conseguir «la paz y la convivencia», y la recuperación económica y del empleo, se propuso, en tercer lugar, «la defensa, profundización y renovación» del Autogobierno vasco.

Iñigo Urkullu ha destacado que, a lo largo de este período, a pesar de «todas las turbulencias y contingencias», la economía e industria «no han dejado de crecer y muestran signos de fortaleza». «Por primera vez en la historia, nos situamos en el entorno del millón de personas trabajando y cotizando en Euskadi», ha subrayado.

En lo que respecta a ETA, ha recordado que se disolvió en 2018, «aunque no ha desaparecido de la memoria» de los vascos. "Tenemos tareas pendientes en materia de memoria y reflexión crítica sobre el pasado, pero nuestra sociedad vive en paz y con, cada vez, más
convivencia plural. Aquella pesadilla cotidiana ha sido superada", ha resaltado.

Autogobierno

En cuanto al Autogobierno, Urkullu hace una valoración «ambivalente», al considerar que, durante los últimos diez años, «ha continuado su erosión silenciosa», con «episodios de recentralización e invasión competencial».

No obstante, observa un lado «positivo» en lo que se refiere a las nuevas competencias acordadas, la renovación de los acuerdos del Concierto Económico y el Cupo, así como «la revalorización social y política» del Autogobierno, reflejada en sus «propias capacidades para hacer frente a las crisis».

«Durante décadas nuestro Estatuto y nuestro Autogobierno fueron atacados como algo inútil o estéril por quienes apostaron por la ruptura; un Autogobierno que ha demostrado su fortaleza y que ahora enarbolan quienes lo despreciaron», ha subrayado.

En todo caso, cree que hoy, «aquel discurso no tiene espacio» en la sociedad. «El Autogobierno, aunque haya entre nosotras y nosotros quien sienta incomodidad ante el solo hecho de mencionar Autogobierno, es la herramienta que explica nuestro bienestar, calidad de vida y el nivel de los servicios públicos».