Zona de las prospecciones arqueológicas con el cortijo de El Catalán al fondo | MANUEL COBO AGUILERA/MEMORIA ARQUEOLÓGICA

TW
0

Las prospecciones arqueológicas superficiales de tipo preventivo acometidas en Los Molares (Sevilla) con motivo de la instalación de la planta solar fotovoltaica bautizada como Afrodita, con su correspondiente línea de evacuación energética, han arrojado la identificación de cerámica dispersa de cronología ibérica, vestigios de «una pequeña alberca» de época romana, cerámica del mismo periodo y «un candil islámico», entre otros restos históricos.

En la memoria de dicha actuación, recogida por Europa Press, se detalla que estos trabajos de prospección arqueológica superficial con sondeos comenzaron el 8 de marzo de 2021 bajo la dirección del arqueólogo Manuel Cobo Aguilera, concluyendo la fase de campo el 12 de marzo de dicho año, en un espacio en cuyo entorno, la carta arqueológica de Los Molares y el catálogo del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) constatan enclaves protegidos como el dolmen neolítico de La Cañada, los yacimientos romanos de El Catalán y Fuentecilla o el camino también romano de Arahal.

Los resultados de los sondeos, según la memoria de la actuación, han sido divididos en cuatro sectores, en el primero de los cuales fue descubierta en el entorno del cortijo de El Catalán «una pequeña alberca cuadrangular de ocho por ocho metros de lado aproximadamente, realizada en 'opus caementicium' con revestimiento hidráulico al interior» a base de «opus signinum»; vestigios en cuyo derredor fueron detectados «abundantes materiales cerámicos también de cronología romana, tales como ladrillos rectangulares de gran formato, 'tegulas', abundante cerámica común de almacenamiento, 'terra sigillata' o fragmentos de mármol».

"multitud de cerámica de cronología muy amplia"

En el tercer sector, según este informe, fue recuperada «multitud de cerámica de cronología muy amplia, desde cerámica a mano, pasando por 'terra sigillata' romana y 'tegulas', así como un candil islámico emiral o fragmentos con vedríos melados de cronología islámica califal o almohade algo posterior»; e incluso cerámica dispersa «de cronología ibérica con decoración a bandas rojas principalmente».

«La densidad y calidad de restos materiales muebles indican la posible presencia de un asentamiento turdetano de la Edad del Hierro, con cierta probabilidad de conservar estructuras soterradas», precisa el documento respecto a estos últimos hallazgos.

Así, fruto de estas prospecciones arqueológicas superficiales, la memoria de la actuación constata «la existencia de restos materiales y la localización de tres zonas de dispersión cerámica», dos de ellas de «alto interés arqueológico» y una tercera de interés arqueológico medio.

"estructuras sobre rasante"

«En el caso de las dos primeras o zonas con interés alto, la presencia de restos materiales muebles es muy alta e intensa, aparecen incluso asociados a estructuras conservadas 'in situ' sobre rasante», señala la memoria de esta actuación, exponiendo que queda de relieve «la existencia de un yacimiento arqueológico con toda seguridad».

«Incluso se conserva una estructura 'in situ' sobre rasante, una pequeña alberca cuadrangular de ocho por ocho metros de lado aproximadamente», con «abundantes materiales cerámicos» en «derredor, también de cronología romana, tales como ladrillos rectangulares de gran formato, 'tegulas', abundante cerámica común, de almacenamiento, 'terra sigillata' o fragmentos de mármol» y «mampostería bastante rodada por el intenso laboreo de la zona», insiste la memoria arqueológica sobre los principales descubrimientos.

"importante villa romana"

«Es una zona con toda probabilidad de yacimiento y asentamiento permanente, de la categoría de importante villa romana, donde la conservación de estructuras soterradas está asegurada», figura expresamente en el documento.

Así, en dicha memoria arqueológica se aboga por «adaptar la implantación» de la planta solar fotovoltaica «a la presencia de los yacimientos arqueológicos documentados, con una reserva mínima de 30 a 50 metros de separación»; además de ser recomendadas «las soluciones adoptadas sobre todo elemento integrante del patrimonio cultural, que no será afectado por las obras del proyecto, con el fin de evitar cualquier afección como consecuencia del desarrollo periférico de las obras».