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La Comunitat General de Regants dels Canals d'Urgell (Lleida) ha cerrado este martes el riego a causa de la sequía, si bien garantizan un «caudal mínimo continuo» para garantizar el agua de boca en verano y favorecer la supervivencia de los árboles frutales.

Lo ha explicado el director general de la Comunitat, Xavier Díaz, en declaraciones a los periodistas en Mollerussa, tras empezar el cierre del canal junto a la presa del Tossal, en el municipio de Ponts.

Díaz ha dicho que esta decisión supone cerrar el canal para riego «cinco meses antes de lo habitual», ya que la campaña suele terminar a finales de septiembre y empezó hace un mes, a finales de marzo.

Ante la sede de la Comunitat en Mollerussa, ha considerado que la situación es «totalmente excepcional, dramática», y ha asegurado que el año hidrológico ha empezado como el peor de los últimos 70 años.

Los regantes apuestan por dedicar las reservas disponibles a garantizar el suministro a las poblaciones y a «garantizar la supervivencia de los árboles, no para producir pero sí para que puedan seguir produciendo en años venideros», y para ello el caudal mínimo continuo que se liberará es de unos dos metros cúbicos por segundo.

50.000 hectáreas afectadas

Díaz ha detallado que se dejarán de regar 50.000 hectáreas en total: 26.000 de cereal de invierno como trigo y cebada, 6.500 de maíz y cultivos alternativos a éste, 7.500 de alfalfa y unas 9.500 de árboles frutales.

Ha augurado la «pérdida de todas estas producciones, casi seguro al 100% a no ser que se revierta la situación y haga un mayo extraordinariamente lluvioso como sucedió en 2008», algo que considera complicado que ocurra.

Ha avisado de que esto «va a repercutir y mucho en bolsillo de toda la sociedad, porque la falta de suministro de alimentos del campo de esta zona va repercutir negativamente en el precio de los alimentos de toda Catalunya» y ha explicado que ya han iniciado reuniones con administraciones locales al respecto.

Pide restricciones

En este sentido, Díaz ha explicado que han «hecho mucho énfasis en que se apliquen las máximas restricciones para que entre todos podamos garantizar el suministro» durante el resto de la primavera y el verano.

Ha recordado que esta decisión corresponde a la Confederación Hidrológica del Ebro, pero a su parecer se ha llegado a «una situación límite y se tiene que valorar de manera objetiva».