Juicio por el crimen del Hotel Palace | Europa Press - EUROPA PRESS

TW
0

Los presuntos autores del crimen del Hotel The Westin Palace, ocurrido el 29 de octubre de 2021, se han desvinculado del homicidio y han manifestado que cuando se fueron de la habitación la víctima estaba viva, atribuyendo la intoxicación letal que le mató al exceso de GHB o éxtasis líquido que consumió por su propia voluntad durante toda la noche.

La versión exculpatoria de los procesados, de origen rumano y marroquí, ha sido desmontada por el entorno de trabajo y familiar de la víctima, un afamado empresario puertoriqueño exconsejero delegado de la compañía de Astilleros Barreras, en Vigo.

Los empleados del Palace hallaron el cuerpo sin vida de José Ismael Rosado, de 43 años, sobre la cama la mañana del 30 de octubre en la habitación 541. Las cámaras de seguridad grabaron que esa noche la víctima entró junto con dos hombres. La muerte parecía por causas naturales al no presentar el cadáver signos de violencia pero el cuarto estaba completamente revuelto.

Los acusados, uno de ellos dedicado a la prostitución entre hombres, se enfrentan a 17 y 19 años de cárcel por delitos de homicidio, robo y estafa. Para uno de ellos, se solicita su expulsión del territorio nacional debido a los antecedentes penales que acumula.

En su declaración, los presuntos autores han relatado que esa noche conocieron al empresario en un local de ambiente gay en el madrileño barrio de Chueca. En la discoteca, el fallecido habría consumido éxtasis líquido y grandes cantidades de alcohol.

Tras cerrar el local, José propuso al chapero acudir a su habitación por 100 euros la hora. Les acompañó su amigo, el otro acusado. Los tres se trasladaron a la habitación 541 del Palace para «seguir la fiesta» y mantener relaciones sexuales.

Según M.V.P., abandonaron la habitación después de que la víctima le comentara que no tenía dinero en efectivo para pagarle. «Me dio 90 euros y me fui disgustado», ha comentado. El otro ha admitido que le robó un móvil, una tablet y varias tarjetas de crédito.

El entorno de trabajo de la víctima mantiene que era una persona «muy comedida» que apenas bebía ni consumía. Tenía pareja estable en Miami. «Era una persona inteligente y con valores muy altos. Confiado y generoso. Consumía alcohol con sus amigos pero rotundamente no tomaba drogas», ha reseñado.

En su exposición, la fiscal manifestó ayer que hay prueba suficiente contra los procesados para enervar su presunción de inocencia ante la cantidad de droga ingerida por el fallecido. «La dosis es tan extraordinaria de GHB que casi multiplicada por 100 si fueran simplemente para divertirse», ha subrayado.

Según la fiscal, la dosis con fines lúdicos es entre 500 y 3000 mg, correspondiente a aproximadamente 0,5 y 3 mL de líquido. En caso de José, se detecto 150 ml en sangre, una dosis más que letal.

Extraño crimen

Las pesquisas llevadas a cabo por el Grupo V de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial desvelaron que los acusados causaron a la víctima una sobredosis por la mezcla de psicotrópicos y alcohol.

Según la fiscal, en la madrugada del día 29 de octubre de 2021, J. I. R. G. , residente en Miami, se encontraba en Madrid al haber acudido a pasar unos días de vacaciones. Durante el transcurso de esa madrugada la víctima conoció a los dos acusados, ambos en situación irregular en España, y sobre las 5:00 horas todos ellos se dirigieron al hotel Westin Palace, donde estaba alojado J. I. R. G.

Una vez en su interior de la habitación los dos acusados ofrecieron a la víctima una copa de vino «habiendo previamente introducido en la botella la sustancia estupefaciente denominada GHB en dosis muy superiores a las normalmente toleradas». Como consecuencia de esta previa ingesta J. I. R. G. falleció, «sufriendo una depresión respiratoria consecutiva a una intoxicación letal por ácido Gamma hidroxibutírico lo cual le provocó una parada cardiorrespiratoria».

Posteriormente, los acusados, «aprovechando que la víctima, bien había fallecido, bien aún se encontraba en estado inconsciente», se apoderaron de un teléfono móvil, de una tablet, de su reloj, así como de varias tarjetas de crédito con las que efectuaron diversos pagos. M. V. P. y M. C. permanecen en situación de prisión provisional por esta causa desde el día 24 de diciembre de 2021 y, en concepto de responsabilidad civil, la Fiscalía les reclama 150.000 euros.