Archivo - Cabaña de ovino caprino, en imagen de archivo | JUNTA - Archivo

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La Junta de Andalucía ha informado este lunes a los titulares de explotaciones ganaderas granadinas afectadas por Viruela Ovina Caprina (VOC) de la convocatoria de ayudas, dotada con 1,3 millones de euros de fondos, que se va a poner en marcha para compensar, entre otros conceptos, los gastos excepcionales de alimentación que han tenido que afrontar los ganaderos por la inmovilización de sus animales.

Las subvenciones se calcularán en base al número de días y ganado afectado por la prohibición de salir a pastar, según ha informado la Junta de Andalucía este lunes en una nota de prensa.

Con estas subvenciones, el Gobierno andaluz presta «asistencia de emergencia» en forma de liquidez a los titulares de las explotaciones afectadas por VOC en la comarca almeriense del Alto Almanzora y las zonas granadinas de Baza (Altiplanicie sur) y Huéscar (Altiplanicie Norte). El objetivo de la Junta es que los productores puedan «afrontar la complicada situación en la que se han visto inmersos y, por tanto, se garantice el mantenimiento de la actividad ganadera».

Los ganaderos pondrán acogerse en las próximas semanas, tras su publicación en el BOJA, a estas ayudas solicitando las compensaciones por gastos extraordinarios derivados de la inmovilización de los animales durante el periodo establecido. Por otro lado, se contempla también compensaciones para las fincas que han tenido que sacrificar animales. En este caso, el importe se determina en base al volumen del pienso y del estiércol destruido para evitar la propagación de la enfermedad.

En septiembre de 2022 se registró el primer foco de VOC en Andalucía y, desde ese momento, la consejería competente en materia de ganadería puso en marcha las actuaciones necesarias para «controlar y erradicar la enfermedad en el menor tiempo posible».

Además de las medidas relativas al sacrificio de animales, la eliminación de cadáveres y la limpieza y desinfección de las explotaciones, también se establecieron zonas de protección (tres kilómetros) y de vigilancia (diez kilómetros) en el entorno de las fincas afectadas por la enfermedad.

En estas áreas se reforzaron las medidas de bioseguridad y, entre otras limitaciones, se establecieron restricciones al movimiento del ganado que impedían el aprovechamiento de los pastos. Por esta razón, los ganaderos se han visto abocados a la compra de pienso suplementario que, junto a otros efectos de la inmovilización del ganado, ha conllevado gastos extraordinarios para los que no estaban preparados.

La VOC es una enfermedad vírica infecciosa que, además de graves repercusiones en los animales, también puede afectar considerablemente a la rentabilidad de las explotaciones ganaderas al perturbar los desplazamientos de la cabaña y de sus productos dentro y fuera de la Unión Europea.