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El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, ha lamentado que el presidente del Partido Popular aragonés, Jorge Azcón, haya
impulsado el transfuguismo de manera «abierta y descarada» para «romper los puentes de diálogo entre la izquierda y la derecha».

Así lo ha expresado en declaraciones a los medios de comunicación este lunes, 6 de marzo, durante el acto de colocación de la primera piedra de la residencia de mayores de la localidad zaragozana de Ateca.

Lambán se ha congratulado de que en Aragón desde hace muchos años se haya conseguido «desterrar el frentismo y los conflictos», y que se haya instaurado el respeto en las relaciones entre los partidos. «Hemos llegado a la conclusión todos de que para que la Comunidad aragonesa funcione, le va bien que la izquierda y la derecha colaboren», ha apostillado.

Asimismo, ha celebrado que Aragón se haya gobernado estos últimos años con moderación y haya logrado alejarse de «lo peor de la política nacional», cargada de ruido, descalificaciones, confrontación, frentismos y conflictos.

«Aragón está desarrollándose como comunidad mediante acuerdos transversales entre la izquierda y la derecha y eso es un bien que tenemos que preservar porque así nos está yendo bien», ha asegurado Lambán, indicando que esta forma de gobierno está ayudando a atraer inversores y la gente «vive con el sosiego que produce tener un gobierno moderado y razonable».

Volcar la mesa del diálogo

Lambán ha criticado que el presidente del Partido Popular haya decidido acabar con esa dinámica y haya volcado la Mesa del Diálogo para traer a Aragón «lo peor de la política nacional».

«Azcón ha decidido inundar las redes sociales de falsedades, de descalificaciones, de difamaciones y traer a la política aragonesa, pero de una forma desenfadada, que no entiendo de ninguna manera, el impulso del transfuguismo», ha lamentado.

Lambán ha continuado diciendo que el Partido Popular aragonés está tratando de «aniquilar a los partidos que garantizan la moderación» como Ciudadanos o el Partido Aragonés.

«Nadie desde el ámbito del sentido común considerará que esto es insultar pero para un partido político que ha decidido convertir la descalificación y la calumnia en su manera habitual de producirse en política, pues seguramente esto le parecerán insultos», ha zanjado.